Eugenio Said formó el dúo Cachivache en 1987 junto con su compañero José Luis Estrada. Tras un apadrinamiento del mismo Pablo Milanés, a finales de los 90, este músico cubano emprendió una carrera en solitario que le llevó hasta Madrid, ciudad donde reside desde el año 2007. Estará mañana en el centro Joaquín Roncal presentando su nuevo trabajo Anónimo del Siglo XX.

—¿De dónde salen las letras de ‘Anónimo del siglo XX’?

—Principalmente son inspiraciones mías. Intento responder a la pregunta de por qué el siglo XX se nos antoja anónimo, como si fuese algo oculto. Se trata de unas canciones que hasta ahora estaban resguardadas y escondidas. He cambiado el modo en que escribo las letras. Antes las inspiraciones me llegaban en la calle, de lo que oía, de lo que escuchaba, pero ahora mis inspiraciones vienen de otra parte. Ahora mis canciones manejan argumentos más sólidos para respaldar el mensaje que quiero dar. Que estamos aquí y que estamos para bien, para enriquecer todo este complejo de colores que es la vida misma. Esa es la razón por la que ninguna de mis letras tiene un tono pesimista. Todo ello sin renunciar a la sencillez y a la espontaneidad que la música debe tener como tal.

—¿Se considera a sí mismo heredero de la Nueva Trova Cubana?

—La Nueva Trova fue muy importante para la cultura cubana, para mí y para todos los que vinieron detrás. Llenó un espacio que hacía mucha falta. Algunas de mis canciones se aproximan mucho a ese espíritu; Omega por ejemplo es un tema cargado de contexto social, revoluciones, y sobre esos conceptos del equilibrio, la igualdad y la vida sana. El trovador ha tenido que evolucionar con los cambios de la sociedad, y como poeta los va recogiendo. Eso sí, sin perder el enfoque, si se canta al amor hay que buscar el altruismo literario, encontrar la poesía más exquisita, intentando llegar a lo más elevado para elaborar una melodía, igual que Pablo Milanés o Silvio Rodríguez.

—Milanés, quien por cierto apadrinó a su antiguo proyecto Cachivache en los años 90. ¿Cómo fue trabajar con él?

—Pablo ha sido muy importante en mi carrera y en mi vida. El descubrió el dúo Cachivache, se impresionó por nuestra manera de hacer las cosas y nos incluyó en el catálogo de su fundación con la cual hicimos una gira por Europa. Llegamos a tocar en el Teatro Monumental de Madrid compartiendo escenario con maestros como Sabina, Pedro Guerra, Víctor Manuel, Ana Belén, y de ahí sacamos la primera maqueta para nuestro futuro disco.

—Tengo entendido además que no ha cerrado la puerta a un futuro reencuentro con Parada ¿Volveremos a ver tocar juntos a Cachivache?

—Por el momento solo estamos coqueteando, no hay nada enfocado, y si finalmente esto llegase a buen puerto estaríamos hablando de un proyecto para el año que viene. Los dos hemos hecho trabajos de forma independiente, así que estamos viendo cómo podríamos reiniciar y penetrar en la música del otro. Existe interés por determinados organismos, concretamente el Instituto de Música de Cuba y el Ministerio de Cultura, de que todo aquello no se quede en el olvido, de que no se pierda. Ahora me siento un poco como Sting y The Police. Todo el mundo me pregunta ¿cuando? ¿cuando? Como artista sería lindísimo e interesantísimo, al fin y al cabo lo que queremos los trovadores es cantar y manifestarnos, y allá donde podamos hacerlo allí estaremos.

—Otro de sus grandes referentes es Juan Luis Guerra.

—El caso de Juan Luis Guerra es especialmente fascinante, aplaudo cómo ha conseguido llevar sus mensajes y textos de buena calidad a una música completamente bailable. Pero también admiro eso de otros autores latinoamericanos como Fito Páez o Charly García.

—Lleva ya diez años en España. ¿Ha notado como su estilo se ha ‘españolizado’?

—Si claro, la música española siempre me ha encantado, y además la música y la cultura cubana es heredera directa de ella, del flamenco, de la guitarra española, etc. Personalmente hay artistas como el maestro Joaquín Sabina, Miguel Ríos, o el difunto Paco de Lucia que me han servido de inspiración directa.

—¿Qué es lo que vamos a poder escuchar en Zaragoza?

—Hoy en día el público está ávido de escuchar buena poesía, sin embargo es raro encontrar a esas personas en conciertos con trovadores en su estado natural, solo la guitarra y él. Por primera vez voy a incursionar en las cuerdas de acero, que solo había utilizado para algunas grabaciones muy puntuales. Quería hacer algo innovador, para mí es un placer experimentar.