DIRECTOR Ridley Scott

INTERPRETES Orlando Bloom, Eva Green PAIS EEUU AÑO 2005

CINES Augusta, Goya, Palafox, Renoir, Warner

Un crítico francés se planteaba hace una semana si, dada la situación tensa entre la civilización católica y la islámica, resultaba conveniente realizar una película como El reino de los cielos . Podríamos añadir si, aparte de pertinente, puede ser útil. Quizá lo sea en algún aspecto: el rey cristiano de Jerusalén, Balduino IV (Edward Norton ), que luce una inquietante máscara para ocultar los estragos de la lepra en el rostro, y uno de los líderes musulmanes, Saladino (Ghassan Massoud ), desean que la paz supere a la guerra.

Puede que Ridley Scott haya realizado El reino de los cielos pensando en una posible lectura contemporánea del tema de las Cruzadas, pero en el fondo no deja de ser una superproducción de intermitente aliento épico, terreno en el que el director se ha movido siempre con comodidad. La infografía le salva la papeleta, como en Gladiator , y el híbrido característico entre espectacularidad y tímida reflexión funciona sin problemas.

La película, que fue rodada en España --Loarre (Huesca), Avila y Sevilla, entre otros-- y Marruecos-- parte de una idea cercana a la del Drácula de Francis Ford Coppola: el joven Balian (Orlando Bloom ) pierde la fe en Dios tras el suicidio de su esposa, como Drácula abominaba de sus creencias tras la muerte de su amada. Pero a diferencia de aquél, que antes de convertirse en inmortal luchó también contra turcos y sarracenos, Balian se va a las Cruzadas.

En el filme, de distinta orientación a la prevista por Paul Verhoeven en su proyecto más virulento sobre el tema, aparecen musulmanes apacibles y belicosos, defensores de la cristiandad y templarios feroces. Hay batallas elípticas y secuencias de asueto a la luz nocturna.

Y como sucede en otra producción épica reciente, Troya, resulta más convincente cuando los veteranos secundarios les quitan pantalla a los jóvenes protagonistas, Bloom y Eva Green. Allí era Peter O´Toole haciendo de Priamo. Aquí son Jeremy Irons y Liam Neeson, cuyos personajes moderados representarían el ala demócrata norteamericana si el relato aconteciera en la actualidad.