Hace más de dos décadas que Freddie Mercury perecía y con él, la esencia de Queen. La estrella se apagó pero también dejaba una brillante herencia de canciones, imágenes y música. El show de Queen, debía continuar porque en ese legado continuaba el espíritu de la mítica banda. Y el espectáculo Queen Symphonic Rhapsody se ha encarnado de ese espíritu. Se ha impregnado de la extravagancia, el colorido, la teatralidad y la grandeza del conjunto y está de gira por España. La parada en Zaragoza será mañana a las 20.30 horas en el Teatro Principal.

Queen Symphonic Rhapsody es un espectáculo "donde se necesitan los cinco sentidos para entender que, después de Queen no ha existido nada igual". Un encuentro entre el clásico y el rock de muchas generaciones, una función y una producción sin precedentes. Como afirma el creador y productor del show, Juan Fran Senabre, "Queen, a la hora de componer las canciones, brindó la bonita posibilidad de abrir un encuentro y una comunión entre una banda de rock y una orquesta sinfónica para que hicieran todavía más grandes y bellos aquellos temas".

Y así, combinando las melodías del mejor rock de Queen con la música clásica, se transporta al público a una dimensión donde "no se distingue la fantasía de la realidad".

Pero versionar a una de las mejores bandas de la historia puede tener dos posibles finales: salir a hombros por la puerta grande o ser arrojado sin piedad a los leones y en este caso la previsión acertada es la primera y una de las causas del éxito es la exquisita apuesta por el imponente equipo de la función.

LOS INTÉRPRETES Más de 40 artistas entre los que se encuentran Thomas Vikstrom, miembro de la banda de metal sinfónico Therion; Michelle McCain, actriz, cantante y compositora; Pablo Perea, el reconocido vocalista del grupo La Trampa y la soprano estadounidense Lori Lewis. Ellos reinterpretarán en directo la banda sonora de una época junto a los músicos de la One World Symphonic Orchestra y la banda de rock.

El revival se compondrá de grandes éxitos de la banda como We will rock you, Bohemian Rhapsody, The show must go on, DonIt stop me now, We want to be free o We are the champinos y así hasta llegar a un total de 30 canciones durante las dos horas y media de espectáculo compuestas de minutos espléndidos en los que descubrir o volver a disfrutar de las creaciones de la banda británica.

Como afirma Senabre, el espectáculo se aleja de todos musicales convencionales que rememoran grupos míticos y hacen tributos. "Es sencillo y a la vez contundente y sobre todo respetuoso en torno a la banda"

La exuberancia y electricidad de esta rapsodia se mezcla con momentos tenues, los ritmos más trepidantes con el romanticismo de las enternecedoras baladas, durante los cuales todos los músicos, artistas, cantantes y coros demuestran una luz y una sombra sorprendente. "Todos son uno, todos son Queen".

La puesta en escena de la función concentra su atractivo en el sonido y en las luces. Cada canción es una escena completamente distinta en la que no es necesario ninguna estridencia en el decorado porque en cada segundo sucede una sorpresa, la música y las estrellas y el presente alter ego son los verdaderos protagonistas. Como afirma Senabre, se trata de "un cocktail que produce una explosión de sonido que no deja indiferente a nadie, ni a los fans de la banda, ni a los que no lo son. Se crea un ambiente de complicidad en el que la música y la energía que fluye entre los músicos y el público culminan en una en una experiencia mágica".