Es un chiste malicioso que hace público cada año y que dispara con bala, siempre antes de los Oscar, a las consideradas peores películas e interpretaciones de la temporada. Son los Razzies, los anti-Oscar, un galardón en forma de frambuesa y del tamaño de una pelota de tenis. Esta vez la palma se la llevó Emoji, la película, un filme de dibujos animados dirigido a los niños que fue un importante fiasco en taquilla y que tiene el dudoso honor de ser la primera en su género en hacerse con este galardón satírico. Emoji se hizo con tres premios más, además del que peor película. También recibió los de peor guion, peor director y peor reparto interpretativo (el hecho de que fueran dibujos animados no ha rebajado el nivel de exigencia del jurado).

Otros de los previsibles galardones se lo llevó Cincuenta sombras más oscuras, la segunda entrega del ciclo erótico, coronada como peor secuela y como peor actriz secundaria a Kim Basinger. Tom Cruise obtuvo el deshonor de ser el peor actor protagonista por su interpretación de un militar que accidentalmente desata el caos al despertar al titular de una tumba milenaria en La Momia, mientras que Mel Gibson ganó una frambuesa al peor actor secundario por su actuación en Dos padres por desigual. Tyler Perry, experto en caracterizarse de mujer y un habitual en estos premios, obtuvo el Razzie a la peor actriz por Boo 2: A Madea Halloween.