Yo voy a leer el Quijote!», es el grito que espera oír Iñaqui Juárez a la salida de la representación de la nueva obra que dirige, Mi primer Quijote, una adaptación dramática de la novela de Cervantes para niños a partir de 2 años. Tras el éxito de Don Quijote de La Mancha de Aragón, para niños de primaria, el autor ha querido rebajar un poco más la edad mínima, y la obra resume la historia original deteniéndose en «los episodios más importantes, desde nuestro punto de vista». Todo ello con un lenguaje adaptado para la ocasión y acompañado de música en directo.

La primera licencia se encuentra en el primer acto, donde se presentan a los personajes empezando por Don Quijote, quien aparece leyendo la novela de Cervantes. En ese momento «decide que ya vale de leer y que es hora de correr aventuras», por lo que es armado caballero por los propios titiriteros que lo manejan, que en esta obra infantil encarnarían, en cierto modo, la locura de Don Quijote, materializada en el personaje de El Mago, una suerte de antagonista, la segunda licencia argumental en esta adaptación.

En esta primera escena también se presenta a Sancho, Dulcinea y Rocinante, y a continuación comienzan sus aventuras.

La obra se compone de cinco escenas y el acto final, donde aparecen reflejados varios episodios de la novela original, siempre adaptados para niños de 2 años. Comienzan con la escena donde Don Quijote consigue el yelmo de Mandrino, y continúa con la universalmente conocida escena de los molinos de viento.

PERSONAJES ANTROPOMÓRFICOS

La obra se detiene sobre algunos acontecimientos conocidos por todos, pero en esta ocasión sus protagonistas aparecen representados como «personajes antropomórficos compuestos por figuras geométricas y colores simples, ya que los niños entran con mucha más facilidad a este tipo de juegos, porque los acerca más a sus juguetes».

La escenografía no desentona, y ofrece escenarios simples hechos con «piezas de madera o elementos que sugieren cosas a los niños», comentó Suárez. El viaje del falso caballero andante y compañía continua con la escena de los dos ejércitos, cuando pelea contra las ovejas, y sigue con una ‘metaescena’, en el episodio de Maese Pedro y el retablo de la libertad, en un momento donde aparecen títeres, y donde los propios muñecos salen manejando otras marionetas.

La obra finaliza con la escena del Caballero de la Blanca Luna, y por último un viaje regresivo por todos los capítulos, con Don Quijote y Sancho que quieren ser pastores y volver a casa. Sí, esa es otra de las licencias; el autor no se detiene en la muerte del protagonista, que es como finalizaba la historia original, ya que no la considera «sustancial», y la obra termina con el protagonista leyendo de nuevo su propio libro, como una forma de quede «la impronta en los pequeños, y les anime a leerlo».

LENGUAJE ADAPTADO Y MÚSICA

También a ello puede ayudar el lenguaje utilizado, que es «muy esquematizado, pero sin olvidar ese punto de lenguaje arcaico, con construcciones que no son habituales ahora… porque a los niños siempre hay que pedirles un poco más», explicó.

Y para terminar de hacerlo más atractivo a los más pequeños, también habrá música. Una viola de gamba acompañará a la obra casi en todo momento, «a veces con música incidental, como la que acompaña a la acción en las películas, y otras veces simplemente música; cada personaje, por ejemplo, tiene una melodía a la que se asocia su aparición en escena».

Mi primer Quijote estará hoy y mañana 8 de enero en el Teatro Arbolé, a las 12.00 y a las 18.00 horas, respectivamente, por el precio de 9 euros (8 con la bonificación).