Erik el Belga, uno de los más conocidos ladrones de arte del siglo XX, considera que el tapiz de La virgen y el niño, que él mismo sustrajo en 1979 en la catedral de Roda de Isábena debe de ser exhibido en su entorno original a fin de que el monumento recobre su significación histórica. Así lo manifestó Erik el Belga ayer a Efe un día después de ser entregada la pieza al Museo de Huesca, tras una laboriosa investigación de la Guardia Civil.

Según el que fuera ladrón de obras de arte si el tapiz no se exhibe en su ubicación original "no solo pierde significado histórico el monumento de Roda sino también el potencial interés turístico de la localidad". Recuerda que "algunas de las piezas más valiosas que sustrajo en Roda, entre otras la talla de San Juan Evangelista o la silla de San Ramón, han vuelto a ser expuestas en su lugar de origen, con las medidas de protección necesarias".

Destaca, asimismo, que "los robos de arte religioso han caído desde que perpetró sus golpes más famosos debido no solo a la desaparición de los más grandes coleccionistas internacionales de estos objetos sino a una mayor protección de los gobiernos hacia su patrimonio". En su memoria guarda "todos los detalles" del robo cometido en Roda y la suerte inicial que corrió cada una de las piezas que sustrajo una madrugada del mes de diciembre de 1979. Erik el Belga recuerda el nombre del marchante alemán que le encargó la pieza y los 35.000 dólares que cobró en esos momentos, una cifra que se ha incrementado hasta los casi 400.000 euros de la última tasación realizada.