"Es imprescindible la existencia de festivales como Ecozine para concienciar de la problemática ambiental que tenemos alrededor porque si falla la sociedad, falla el medio ambiente". Era el punto y a final a un festival de cine, pero la gala de clausura de Ecozine fue también una reivindicación de la importancia que debería tener la ecología en la sociedad. Y lo fue en un acto, que se celebró en la sala Luis Galve, amenizado por Sergio Muro, presidido por el consejero de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Jerónimo Blasco; y por el director del festival, Pedro Piñeiro; y en el que se hizo público el palmarés completo de esta séptima edición.

Así, la andaluza Norem Collado se llevó la categoría de Mejor Documental Nacional con La mujer y el agua y fue al recoger su premio cuando puso en valor la importancia del festival con las palabras ya referidas. Una categoría donde Entre el cel i la tierra, la guerra dels Aiguamolls, de Tono Folguera, recibió una mención especial.

La mexicana No hay lugar lejano, de Michelle Ibaven fue reconocido como el Mejor Documental Internacional en una categoría en la que hasta dos cintas, la china Son of the earth, de Luo Sheng; y Cut off mountains, connected by rivers, de Tamara Souchko y Rod Morris se llevaron una mención especial.

"VIDA MÁS DIFÍCIL"

Emotiva también fue la intervención de Martin Hass que quiso alabar a aquellos que "pudiendo tener una vida más cómoda dentro del sistema, deciden recorrer una camino mucho más difícil para estar del lado de las personas". Lo dijo al recoger en nombre de Antonio Balseiro el premio a Mejor Corto de Animación por Payada pa'Satán, galardón que compartió con Espero?, de Simone Giampaolo, rodado en su versión original en esperanto.

Dentro de los cortometrajes, en la sección de documental resultó vencedor La crociera delle bucce di banan, de Salvo Manzone (Río Negro, de Xènia Solé y Alan Fábregas también se llevó una mención del jurado); y en la de ficción Ma F“ret, de Sébastien Pins. El palmarés lo completó Equilibrium, de Virginia Curiá y Tomás Conde que fue elegido el mejor por el público joven.

Ángel Guinda, padrino de esta edición de Ecozine, también tuvo su protagonismo en la gala ya que, además de que esta fue inaugurada con la lectura de su poema Con destino en boca de Mónica Ibáñez, también tuvo tiempo para recordar "el vínculo extraordinario que hay entre la poesía y la naturaleza porque la poesía nace, crece, se reproduce, puede morir y también resucitar y llegar a matar", desgranó el poeta que se mostró seguro de que el mundo conseguirá que "el medio ambiente se convierta en ambiente entero en un mundo más amable". Todo eso antes de concluir con su poema de un solo verso, Vida alta: Quiero morir de pie como mueren los árboles. Palabras que se llevaron la mayor ovación de la noche en una sala Luis Galve que no se llegó a llenar.

Jerónimo Blasco destacó que para la ciudad es un "orgullo que se mantenga el festival, que exista y, sobre todo, que evolucione porque, además, la ciudad cada vez lo siente más suyo". En ese sentido, el consejero de Cultura quiso destacar que este año se dio el "salto cualitativo" de la producción propia. De hecho, la gala se cerró con la proyección de Réquiem nuclear, de Sonia Llera, producida por el propio Ecozine.