LA CIUDAD DE LOS OJOS GRISES

AUTOR Félix G. Modroño

EDITORIAL Algaida

El escritor Félix G. Modroño regresa a las librerías con su tercera novela La ciudad de los ojos grises. Un trabajo donde aparca la figura de Fernando de Zúñiga, protagonista de sus anteriores obras, para mostrar su lado más personal. Además, no solo cambia de protagonistas, también de época, y contextualiza su historia en el final del siglo XIX y principios del XX, en plena Belle Époque, y la centra en las ciudades de Bilbao, San Sebastián y París.

La novela, que el autor presentó ayer en la librería Cálamo, narra una historia de amor y muerte donde no falta la intriga, la investigación de un asesinato y los sentimientos. Sin embargo asegura que "todo es una excusa para hablar de amor, el de un hombre y una mujer, y a una ciudad. Y es que según el autor "Los ojos grises es una metáfora con el color del cielo de Bilbao, que termina siendo protagonista".

Cuando Modroño comenzó a escribir tenía claro que quería rendir homenaje a su ciudad natal, Bilbao, la historia ya la tenía y solo faltaba la época donde situarla. "Tras mucho indagar me di cuenta de que el periodo más importante fue este, cuando la cuidad pasó de ser una villa de 18.000 habitantes a transformarse en una de las ciudades más vivas del viejo continente", señala el escritor. Esta explosión demográfica da también lugar a una explosión política, social y arquitectónica, que el autor refleja en su historia. "Quien lea esta historia va a descubrir Bilbao y se va a ahorrar muchos libros de historia porque con ligeras pinceladas cuento como nacen los nacionalismos o el socialismo", asegura.

En este contexto surge la protagonista, Izarbe, "un personaje con mucha fuerza, adelantada a su tiempo, que creía que la liberación de la mujer empieza por la educación y va a ser querido por todos los lectores". Por otro lado está Alfredo "un personaje con muchas contradicciones y una vida inestable". Su historia es un triángulo amoroso y es que el autor opina que "en las historias de amor tienen que pasar cosas para que sea interesante".

Todo esto se envuelve con una gran dosis intriga, pero "una intriga sentimental, la criminal es una mera excusa para tratar el tema de la muerte", explica el autor quien considera que "si el lector a mitad de la novela descubre quien es el asesino esta vez no es lo relevante".

A Madroño le interesa mezclar géneros "sale de una forma natural", asegura. Y no se considera un "escritor de novela al uso", pues pese a que siempre aparecen muertes e investigaciones policiales, "me gusta añadir sentimientos y mucha documentación histórica". Para el autor, que adelanta que en su próximo libro rescatará la figura de Zúñiga, escribir es "una forma de hacer terapia y ver que hay más allá de los mundos financieros".