Nervios. Muchos nervios. El fin de semana de estreno en cine de una película, el director y el resto del equipo pasan días de angustia. ¿Le sonreirá la taquilla? Los datos están ahí, para tranquilizar al personal. O agobiarlo en caso de que la cifra sea baja. Con Netflix todo cambia. No hay datos. No hay ComScore -el principal medidor de audiencia en salas- que valga. La plataforma on line de pago tampoco dice cuánta gente ha visto la película. Es más, por no saber no se sabe ni cuántos abonados hay en cada territorio. Solo que está presente en 190 países y tiene 100 millones de suscriptores.

¿Qué pasa, pues, cuando se estrena una película en la plataforma Netflix? Muchas cosas. Por ejemplo, que puede acabar siendo una obra de teatro estrenada en otros países. Esto es lo que ha pasado con 7 años, dirigida por Roger Gual (el realizador de Smoking room y también de Menú degustació).

Rodada en un único escenario y con cinco actores (Juana Acosta, Paco León, Àlex Brendemühl, Juan Pablo Raba y Manuel Morón), 7 años es la primera película que Netflix produjo en España. Dura 90 minutos y cuenta la historia de cuatro amigos que, en su día, montaron una empresa tecnológica. En pocos años, empezaron a facturar millones de euros y se convirtieron en ejecutivos de éxito. Un día -y ahí empieza la historia- sucede algo (es mejor no saber qué) y se ven obligados a reunirse durante horas para llegar a un acuerdo. Es una situación extrema. ¿Quién sacrifica su libertad para salvar a la empresa y al resto de colegas de la ruina?

EN EL CATÁLOGO

El pasado 28 de octubre se estrenó, entrando a formar parte del amplísimo catálogo de Netflix. Días antes, uno de sus productores, Federico Jusid, aseguraba que estaban totalmente desconcertados. «No hay un precedente, así que también estamos expectantes, con gran entusiasmo y curiosidad por saber qué pasa. Yo, personalmente, tengo un concepto muy romántico del cine. Me gusta la sala oscura. Pero creo que 7 años es una película que puede latir muy bien en la pequeña pantalla», explicaba Jusid en aquel momento.

«Cuando estrenas una película en Netflix nadie te dice la audiencia que ha tenido. Lo único que te comentan es si ha ido bien o no. A nosotros nos dijeron que había ido bien tanto en la audiencia de España como en la de América Latina», cuenta Roger Gual.

Con el paso de los días, el realizador empezó a recibir comentarios en las redes sociales por parte de personas que habían visto la película en la plataforma. «Me llegaron mensajes desde Corea, Polonia, Sudáfrica… Fue impresionante. Eran espectadores que me hablaban muy bien de 7 años».

Lo más curioso fue que entre los mensajes que recibió el director en sus redes sociales había muchos actores de países como Brasil y Argentina que le preguntaban si la película que había rodado podría reconvertirse en una obra de teatro. «Alucinamos, de verdad. No nos esperábamos para nada una acogida así. A cada mensaje que nos llegaba, le decíamos que los derechos son de Netflix y que para sacar una obra de teatro había que llegar a un acuerdo con ellos». Y eso hicieron los productores. Ante la demanda tan brutal, la oficina de Federico Jusid empezó a negociar con la plataforma y con la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). El resultado es que 7 años tendrá una versión teatral en Sao Paulo, Buenos Aires, París y México D. F. De momento, porque las plazas pueden aumentar.

TAMBIÉN EN ESPAÑA

Antes de que la película se estrenara en Netflix, el equipo hizo un pase en el cine Capitol de Madrid. «Ahí me dí cuenta de que la cinta respiraba por sí misma. El público se rió en determinados momentos y también notamos la tensión en las escenas más dramáticas. Sabíamos que podía funcionar, pero nunca imaginamos lo que nos ha pasado», concluye Gual.

Los productores realizarán labores de control, pero las adaptaciones teatrales corresponderán a los autores de cada país. ¿Podría la obra desembarcar en España? Podría ser, sí. Es una de las opciones que Gual está barajando.

El barcelonés está pletórico. Afirma que estrenar en Netflix tiene grandes ventajas y algunos inconvenientes. Estos últimos son, básicamente, la «penita» que da no estrenar en cines y el hecho de que los festivales estén poniendo pegas para incluir las películas en su programación, como ha ocurrido en Cannes.

Mientras, las ventajas son que tiene un público potencial de 190 países. «Es una oportunidad fantástica de que la gente vea tu trabajo. Con 7 años he tenido una visibilidad internacional que no tuve con Smoking room ni Menú degustació. Está muy bien ver películas en salas, pero también está bien verlas en la tele de casa. Nada es incompatible», subraya, al mismo tiempo que destaca que 7 años habla de temas universales, como el ser humano, la ética y la amistad.

Gual -que está metido en la adaptación al teatro de Smoking room, que se estrenará en octubre en la sala Pavón de Madrid- también tiene entre manos el guión de otra película. ¿Con Netflix? Ya se verá.