Paul McCartney acudirá con la cabeza bien alta a la cena de confraternización montada para este martes en Los Angeles por el núcleo duro de la familia beatle en torno al 40 aniversario de la publicación de Sgt. Pepper´s. Con su nuevo disco bajo el brazo, el inspirado Memory almost full, Paul vuelve a ser un artista en racha, lejos al fin de la estrella pop comercialmente rentable y creativamente languideciente en la que se había convertido. Es probable que durante la cena vegetariana, Yoko Ono lo mire con condescendencia, y le diga que el espíritu de Lennon vive en Make some noise, nuevo disco donde artistas de primera línea interpretan el repertorio de John para una campaña de Aministía Internacional en favor de las víctimas de Darfur.

Olivia Harrison, siempre tan discreta, no presumirá de su difunto marido, pero el sorprendente número uno conseguido por los Traveling Wilburys en Gran Bretaña con la reedición Collection, le dará más peso en la reunión. Fue Harrison quien porfió para crear el grupo que le unió a Bob Dylan, Roy Orbison, Tom Petty y Jeff Lynne. Quizá ya a los postres, Ringo Starr tome la palabra y recuerde que EMI acaba de recuperarlo --justo cuando McCartney se ha ido con Starbucks--, y que la discográfica de sus inicios volverá a mimar su catálogo y publicará su nuevo trabajo, titulado Liverpool 8, en enero de 2008

La cena de Paul, Ringo, Yoko y Olivia quizás no sea la primera de la historia, pero en esta ocasión sí que parece clara la voluntad de airearla, como queriendo lanzar al mundo la idea de que los turbios desencuentros personales que aún persisten no impedirán una convenida paz comercial. El nuevo cuarteto integrado por los beatles vivos y las viudas de los muertos ha aceptado una entrevista conjunta en el programa de Larry King (CNN). El dinero vuelve a unir lo que los celos separan. Y en esta ocasión, el paso hacia la reconciliación debe atribuirse a la influencia de Guy Laliberté, fundador del Cirque du Soleil, que ya lleva un año contando las montañas de dólares que le llueven con Love, ese exitoso show basado en el legado de los Beatles que no se ha movido del teatro Le Mirage de Las Vegas.

Otro tema que estará sobre el mantel durante el encuentro será el renovado empeño de McCartney por inventar otro single de los Beatles. Se acerca, parece, el turno de Now and then, una maqueta de Lennon de mediados de los 70. Regrabada en las sesiones donde se fabricaron Free as a bird y Real love, todavía con Harrison vivo, Now and then acabó descartándose por la mala calidad de la voz enlatada de John. "Quiero hablar con Ringo, Yoko y Olivia. La voz de John suena pobre, pero muy emotiva. Con la tecnología de hoy en día quizás se pueda hacer algo bonito", ha dicho recientemente McCartney. Bonito para el bolsillo, sobre todo.

REPUNTE CREATIVO

Cualquier cosa que huela a Beatles es un negocio planetario, pero las habilidades comerciales de McCartney no dejan de rebasar los límites de la perplejidad. Es como si de repente hubiera decidido dejar que el dinero se lo de su pasado beatle para intentar hacer discos a su gusto aunque no den mucho dinero. Eso ganan sus fans. Desperdiciados en parte los años 80 y 90, la creatividad de Paul ha experimentado un saludable repunte desde la muerte de su primera mujer, Linda, en 1997. El colorido Memory almost full certifica esa progresión y le devuelve a su mejor momento de inspiración con su grupo The Wings.

Divorciarse de Heather Mills es carísimo y para pagar eso están los Beatles. Por si alguien se anima a invertir, sepan que McCartney acaba de encontrar una obra de teatro escrita con Lennon. Parece una chorrada, pero eso lo monta alguien y se forra. Previo pago al cuarteto de la reconciliación, claro. Como decían los Monty Python, "all you need is cash" (lo que necesitas es dinero).