--¿Qué aporta hoy el estudio de la heráldica? ¿Tiene alguna aplicación práctica?

-- Para los historiadores siempre aporta. Sirve para identificar documentos y también monumentos que aparecen en los escudos, incluso quedan reflejadas las ideologías. Pero además sirve para conocer las estructuras de los linajes, que eran diferentes por ejemplo en Francia y en Castilla; saber el papel de las mujeres en los linajes... Nadie escribió cómo se percibe la estructura de un linaje, y eso se sabe por los escudos.

--De todas las formas da la sensación de que estamos hablando de algo antiguo y además de cierta elite, de casas nobiliarias... ¿Quizá no se conoce bien su verdadero interés?

--Es cierto que la heráldica ha estado siempre muy maltratada en España. El cambio fundamental se produce entre finales del siglo XIV y finales del XVI, en el que los emblemas empiezan a conceptuarse como recuerdos del pasado, mientras que hasta entonces los emblemas se insertaban en la sociedad, eran algo vivo. Pero desde ese momento se considera que la heráldica solo es propio de linajes de pasado glorioso, pero había emblemas de los judíos, de los comerciantes, que nos enseñan mucho.

-- ¿Y desde entonces ha sido así siempre?

-- Y peor. A pesar de que, en Francia, en el siglo XVII hubo un renacer de la heráldica como elemento de estudio, en España apenas hubo un pequeño conato, con gentes como Zurita y pocos más. Luego ya, en la Ilustración, incluso estaban convencidos que los emblemas heráldicos estaban fundados en leyendas, cosa que no era cierta, pero colaboró a su descrédito y en el XIX, con la caída del Antiguo Régimen, se rechazaban por considerarse elementos distintivos de la nobleza.

-- ¿Y hoy, cuál es la consideración que se tiene de esta ciencia auxiliar de la Historia?

-- Bueno, digamos que existe un cierto movimiento de recuperación, pero es muy débil.

--Este año, la Academia de Historia estuvo en boca de todos por algunas polémicas entradas de su Diccionario Biográfico. Desde el Congreso se solicitó que se modificasen esas entradas. ¿Cómo está la situación ahora?

--Yo presido la comisión que se creó para hacer el informe sobre esas revisiones. Estamos tres miembros de la Academia y otros dos historiadores externos, Fusi y Valera Ortega, y tenemos que emitir el informe antes de fin de año. Realmente no se van a cambiar grandes cosas y además se va a contar con los autores, ya que la Academia nunca ha sido censora, sino que se les harán propuestas de rectificación, pero serán cosas mínimas, como poner alzamiento en minúscula y no en mayúscula y cosas así.