Es la Unión Soviética de principios de los años 40. Los nazis intentan el asedio al gigante ruso, mientras, comienzan a ocurrir cosas en el internado Gorki de Siberia, justo veinte años después de un aterrizaje extraterrestre.

Con esta premisa, nadie se imaginaría de primeras que se trata del argumento de la nueva novela de Fernando Lalana, El comando Gorki. «Al lector habitual le diría que no es uno de mis libros habituales sobre detectives o novela negra. Es cierto que todos, y este también, tienen elementos propios como la intriga, pero es una novela de aventuras», cuenta el autor sobre el libro.

ESCENARIOS DIFERENTES

Los espacios urbanos de Zaragoza o ciudades cercanas quedan atrás para transportar esta vez al lector al momento en que los nazis atacaron la Unión Soviética en plena II guerra mundial.

Por tanto, los escenarios son lejanos e inestables, recreando escenas bélicas con «bombardeos constantes», lo que resulta en un ambiente más desolador y un tono general más grave.

“No es una novela más de detectives, y asimismo no hay tanto espacio para el humor como en otros libros; se trata de una de mis historias más duras”, dice el zaragozano.

Aun así puntualiza que «no se trata de una novela histórica». Si bien es verdad que posee elementos y referencias a hechos o personajes, y que «requirió de mucha documentación» (el autor afirma haber estado preparándola prácticamente desde 2006),

Lalana únicamente se sirve del marco histórico para «situar una serie de acontecimientos», que son los que conforman la trama.

“Está ambientada en la II guerra mundial pero no es una novela de guerra”, concluye el escritor sobre este tema.

“Otra cosa que es curiosa literariamente”, comenta el autor, “es que es una novela coral, donde aparece un grupo amplio de personajes que tienen un peso muy similar en el argumento”. Para reforzar esa sensación la novela está escrita en tercera persona, algo poco habitual en el estilo del autor.

En El Comando Gorki permanecen elementos reconocibles en su literatura como «las sorpresas o giros inesperados, que en novelas policíacas es más común, no tanto en novela de aventuras», afirma el escritor.

También mantiene «un buen ritmo, con bastante uso de diálogo para agilizar, pero la principal novedad es poder ofrecer a los chavales leer algo de un tiempo remoto y fuera de Zaragoza o España, puede ser atractivo para ellos», explica Lalana.

Huye de la fantasía

«Eso sí, huyo de la novela fantástica que está de moda estos tiempos». El zaragozano admite sobre la novela fantástica que ni le gusta ni la practica, aunque «respete y valore algunos elementos de mucha calidad».

«Me parece fácil hacer trampas con ella, sacarse cosas de la manga para llenar vacíos argumentales... por ejemplo, la intriga en las novelas policíacas tiene que sustentarse en algo real.

En una novela fantástica un hecho puede ocurrir porque, por ejemplo, existe una leyenda que lo justifica y punto”, argumenta el autor.

Lalana ha publicado más de 120 libros, casi exclusivamente de literatura infantil y juvenil.

Si hubiera un secreto para conectar con los lectores más jóvenes, según Fernando Lalana sería ofrecerles literatura para todos, «no la catalogada exclusivamente para adolescentes», señala. «Para llegar a los chavales no hace falta escribir historias como las de la saga Crepúsculo.

“Nunca he sido otra cosa más que escritor. La vida más deseable es la del novelista que escribe sin presión, sin fechas. No sé cuánto tiempo podré seguir dedicándome a algo así», bromea. H