El festival de Cine de Comedia de Tarazona Paco Martínez Soria reúne durante estos días a cuatro de los cortometrajistas aragoneses y afincados en la comunidad más destacables del panorama cinematográfico actual: Gaizka Urresti, Natalia Moreno, Javier Macipe y Guillermo Chapa. Sus cortos forman parte de la selección oficial del festival, que comprende un total de 59 piezas, y cuyo ganador se dará a conocer mañana.

«Tarazona es un festival al que aprecio mucho, ya que en anteriores ediciones estuve de jurado, presenté varios cortos y expuse el teaser de Bendita Calamidad, que por cierto rodé en Tarazona» afirma Urresti, que este año llega al certamen con Acogida un cortometraje protagonizado por Luisa Gavasa, Carmen Barrantes y Adolfo Fernández, y que escribió a raíz de una experiencia en la que se propuso adoptar un gato y en la que se sintió «examinado como si fuese la adopción de un niño».

Natalia Moreno quiso reivindicar la subida del IVA cultural mediante Le Chat Doré, la historia de un grupo de músicos que intentan crear arte bajo la dirección de un director mezquino. «Nos volvimos locos y rodamos esta chifladura en una mañana. Estoy muy feliz por el ruido que estamos haciendo y muy agradecida a todos ellos» dice la realizadora aragonesa refiriéndose al equipo de actores formado por Javier Cámara, Alda Lozano, Roberto Enríquez, Álvaro Cervantes, y muchos otros.

Siguiendo con la tónica de denuncia social, Javier Macipe quiso realizar un cortometraje sobre todos aquellos voluntarios que piden firmas por la calle y que «persiguen causas imposibles que consideran que deben hacerlas independientemente del resultado». Un minutito es su propuesta para el festival de este año con el que obtuvo la sexta nominación necesaria para pasar a la siguiente fase de preselección de los premio Goya.

COSAS PARA SOBREVIVIR

Por último, el turolense Guillermo Chapa decidió rodar Le monteur, un cortometraje sobre «las cosas que tenemos que hacer los profesionales del audiovisual para sobrevivir». «De los cortos no se vive, por lo que todos los que los hacemos nos dedicamos a otras cosas» explica Chapa, que se lamenta de la situación actual del cortometraje en Aragón: «ojalá el corto fuese un género rentable en sí mismo, y no un camino para llegar a hacer largos, porque creo que estos festivales demuestran que a la gente le encanta ver películas cortas».

Los cuatro realizadores aragoneses coinciden en la necesidad de la existencia de estos festivales para la supervivencia del género del cortometraje. «Los festivales son totalmente esenciales yaque no existen otras ventanas, ni en plataformas digitales. Cuando haces un cortometraje sabes que su principal y casi única salida son los festivales» afirma Macipe, mientras que Urresti defiende que sin estos certámenes «los cortometrajistas no podríamos enseñar nuestras obras, por lo que sin ellos no seríamos nadie». Un fenómeno que se acrecienta tratándose de cortometraje de comedia, que según los realizadores se encuentra actualmente mal valorado. «Puede que esté denostado por la crítica, pero no por el público, que llena las salas para ver comedias españolas desde hace muchos años» afirma Chapa, que defiende que «siempre habrá que hacer comedias».

Por el momento, habrá que esperar a mañana para conocer al ganador del certamen, que entrará directamente en la primera fase de preselección de los premio Goya. «Este año hay cortos maravillosos y estoy encantada de estar aquí, pero no voy a mentirle, ojalá gane y me permita ir con mi corto a los Goya para representar al cine aragonés» confiesa Moreno. Por su lado, Macipe considera irrisoria la cuestión de los premios: «La cuestión de quién gana debería ser anecdótica, lo que sí debería ser noticia es si se ha conseguido que las sesiones se llenen y si los directores se han enriquecido unos a otros al conocerse. Si eso ha ocurrido, el festival ha sido todo un éxito».