‘Y DE YESTERDAY’

Sue Grafton

Tusquets

Tras ocho años en la cárcel, Fritz McCabe acaba de volver a casa. Diez años atrás fue acusado de ser el autor del asesinato de Sloan, una adolescente cuyo cadáver fue hallado por unos excursionistas en el bosque. Apenas unos días después de volver a casa, los padres de Fritz reciben una nota en la que se les exige el pago de 25.000 dólares a cambio de no hacer público un vídeo grabado antes del asesinato de Sloan. En él, se ve cómo varios jóvenes abusan de una menor, Fritz entre ellos. Kinsey Millhone será la encargada de averiguar quién está tras ese soborno. Aunque revolver en el pasado pueda parecer sencillo, Millhone deberá enfrentarse a mentiras y secretos que nadie quiere que salgan a la luz.

Como en cada entrega de esta serie, Y de Yesterday está abordada desde una primera persona que busca algo similar a un informe policial planteado desde un punto de vista ficcionado. Así, Millhone recoge en estas historias lo que ocurre durante la investigación paso por paso: a quién interroga, qué aspecto tienen cada personaje, a qué deducciones va llegando con cada pista. El ritmo de la narración es constante, y la elaboración de las tramas suele ser compleja con numerosos factores en juego. A esto debemos sumarle el componente personal de la protagonista, conociendo libro a libro un poco más de esta detective solitaria que ha encandilado a millones de lectores.

La clave de su éxito radica en la propia Kinsey, una treintañera huérfana, enamorada platónicamente de su casero Henry, terrible cocinera y asidua al bar de Rosie por ello, que se ha divorciado dos veces y que no permite que nadie entre en su vida con facilidad. Su día a día se cuela por las páginas, y aunque lo que impulsa a seguir leyendo es la trama detectivesca, es Kinsey quien nos hace repetir con Sue Grafton. Durante 25 entregas hemos visto a Millhone enamorarse, sufrir explosiones, disparos, encontrar a familiares desconocidos, salir a correr cada mañana, limpiar cuando necesita aclarar sus ideas, conocer su escaso vestuario, imaginar su corte de pelo.

Kinsey es una mujer fuerte e independiente, un perfil que hasta no hace mucho parecía limitado a las figuras masculinas dentro de la novela negra. Estamos ante un personaje con un marcado componente feminista, factor que se respira en la construcción de la protagonista pero que no se reivindica de forma abierta, lo que normaliza más su papel en las novelas de género. Grafton siempre ha mostrado una influencia de Philip Marlowe, igual que muchos otros, pero la maestría de la autora ha residido en hacerlo desde una voz de mujer.

Como no podía ser de otra forma, esta entrega está a la altura de las anteriores, suponiendo un cierre perfecto a la serie. Grafton alternará el pasado con el presente, y a eso sumará la aparición de Ned Lowe, el asesino protagonista del caso de X de rayos X. Esta alternancia de tramas mantiene la intriga muy alta durante toda la novela, consiguiendo un cadencia narrativa magnífica. Siempre nos quedará la duda de cómo pensaba Grafton, fallecida el pasado diciembre, acabar la letra Z y si nos reservaba un final especial, pero de esta forma cada una de las letras del Alfabeto del Crimen tiene el mismo formato al tratarse de novelas autoconclusivas con casos independientes. Un final abrupto para un personaje brillante.