Durante la posguerra, siendo aún un niño, Francisco Ibáñez aprovechó la esquina de un periódico para dibujar un ratón. Su padre se lo metió en la cartera y ya no dejó de llevarlo hasta su muerte. Poco después, con 15 años, mientras trabajaba como botones en el Banco Español de Crédito, el barcelonés empezó a dibujar historietas hasta que hizo su debut para la editorial Marco. Ahora, 63 años después, Ibáñez, creador de series como Mortadelo y Filemón, Rompetechos y El botones Sacarino, es, sin duda, el dibujante español más reconocido. Buena prueba de ello es la exposición Francisco Ibáñez. El mago del humor que ayer se inauguró en el Centro de Historias donde se podrá visitar hasta el 5 de abril. Los comisarios de la muestra, Elena Vergara y Antonio Guiral, acompañados del consejero de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Jerónimo Blasco, y de uno de los colaboradores de la exposición que ha cedido varios ejemplares de su colección, Dionisio Platel.

La muestra, que está dividida en cinco secciones (Biografía, Primeros personajes, Ibáñez en Bruguera, Grandes personajes y Análisis de la obra de Francisco Ibáñez y proceso de creación de una historieta), incluye más de 100 revistas, principalmente de los años 50 y 60, y 20 originales cedidos por el archivo de Ediciones B y por algunos particulares. "Todos juntos es algo que no se había visto hasta la fecha", señaló Vergara. Entre ellos, varios llaman la atención pero especialmente uno. Se trata de Valor... ¡y al toro!, un "álbum que acabó siendo de Mortadelo y Filemón pero que no estaba concebido para ellos", indicó Guiral. Ibáñez había discutido con Bruguera y decidió tratar de dibujar para el extranjero. Finalmente, llega a un nuevo acuerdo con la editorial española y decide aprovechar lo ya dibujado simplemente cambiando las caras para poner a Mortadelo y Filemón. "Si lo miras a contraluz se pueden ver los personajes antiguos", desveló Guiral delante del original.

PARA NIÑOS Y ADULTOS

"Ibáñez es un dibujante para niños pero siempre lo ha sido también para adultos porque, en sus cómics, hay dos niveles de lectura", destacó Guiral que remarcó: "Va a esa esencia del humor que llega a todas las personas". ¿Si Ibáñez comenzara a dibujar hoy en día haría el mismo tipo de dibujo? "Rotundamente no --arrancó su respuesta Guiral--. Lo que él hacía ahora sería políticamente incorrecto y, aún sin censura, probablemente no lo dibujaría".

Entre otras curiosidades, el visitante podrá descubrir el accidentado estreno de la serie de El botones Sacarino. Ibáñez, inspirado en los cómics francobelgas, situó a Sacarino como el botones de la revista DDT donde se iba a publicar las aventuras de este personaje. El dibujante decidió caricaturizar al jefe, Rafael Martínez. Tres números duró el guiño humorístico que quiso imprimirle a modo casi de juego Ibáñez. Al cuarto, el director hizo que un apócrifo cambiara su cara y, poco más tarde, Ibáñez ya había cambiado completamente al personaje. Una evolución que se puede ver en la muestra. "Ibáñez es nuestro patrimonio, nuestra historia sentimental y nuestra cultura", concluyó Antonio Guiral.

En paralelo a la muestra dedicada al dibujante, que se podrá visitar hasta el 5 de abril en el horario habitual del Centro de Historias con entrada libre, se han organizado una serie de visitas guiadas para escolares que serán conducidas por Dionisio Platel. Ya se han apuntado más de 30 grupos que llevarán al Centro de Historias a alrededor de 900 niños.