METÁSTASIS I

AUTOR: Luis Tamarit

EDITORIAL: Olifante

El título del poemario de Luis Tamarit que recientemente ha publicado Olifante, Metástasis I, resulta inquietante de buenas a primeras. Sin embargo, aparte de su connotación más negativa esa metástasis que recibe al lector desde la cubierta del libro refleja en cierto modo cómo se ha va construyendo: el conjunto de los poemas, al igual que si fuera un organismo vivo, va creciendo, reproduciéndose y replicándose según sus propias leyes, creando su entorno autosuficiente y en el que todo lo que queda fagocitado por su presencia invencible pasa a formar parte de él. Hace un siglo los creacionistas exhortaban a hacer un poema igual que la naturaleza hace un árbol; el método que ahora utiliza Luis Tamarit es igualmente poderoso, aunque en esta ocasión es de la deconstrucción de donde surge la creación.

Desde el principio el autor deja claro que no va a dar ninguna concesión a quien se acerca a sus textos. Pero es que su propuesta poética tiene que ser así por naturaleza, curtiendo el lenguaje hasta convertirlo en una pieza pulida para su uso. A partir de ese momento Tamarit recoge esas palabras, las selecciona, combina y encaja para crear sus poemas, que de este modo se convierten en armas de alta precisión, tanto por lo que dicen como por la manera en que lo hacen.

Cada poema posee una estructura definida, sólidamente establecida aunque sin recurrir a pautas estróficas. En ellos los conceptos van y vienen, traídos y llevados por paralelismos, anáforas, aliteraciones y paronomasias que forzando los significantes afectan sobre el significado. Como si efectivamente el poema fuera un ente orgánico que evoluciona a través de pequeñas mutaciones, estas Metástasis que plantea Luis Tamarit --primer volumen de una serie de diez, según se explica en la Nota Biobibliográfica-- extienden su influencia hasta más allá de la página escrita.