El músico Gonzalo Alonso considera que "los estilos no son más que etiquetas", y esta versatilidad le ha permitido pasar del rock de sus inicios con el grupo "Días de vino y rosas", a componer música para ballet, el último, la producción alemana que se acaba de estrenar en la ciudad de Halberstadt, "Las amistades peligrosas".

"La música son doce notas y con eso puedes hacer todo tipo de composiciones. Hay una serie de formas, de giros musicales y de lenguaje musical propio de cada uno, pero al fin y al cabo todo está relacionado: son armonías y relación entre las diferentes melodías", detalla en una entrevista a Efe este músico granadino afincado desde hace años en Zaragoza.

La jota, el flamenco, la música clásica y, por supuesto, el rock, son algunos de los terrenos por los que se ha movido el excantante del emblemático grupo zaragozano de los ochenta y noventa "Días de vino y rosas", del que también formaron parte Juan Aguirre, de Amaral; Ramón Gacías, actual batería de Bunbury; y Blanca de Haes.

"Entiendo que alguien que haya escuchado mi música hace veinte años se sorprenda de la evolución", razona Alonso, quien se dedica actualmente a la composición de música para ballet, teatro y audiovisuales y cuyas obras se han escuchado en espectáculos representados en exposiciones internacionales como la de Milán o Shangai, en Miami y en numerosas ciudades europeas.

"No creo que haya perdido el rock pero considero que tiene una época, y para mí se acabó cuando dejó de tener sentido cantar canciones", confiesa.

"Hubo un momento en el que me vi en el escenario cantando canciones de cuando tenía veinte años, que son cosas que ya no siento, entonces automáticamente dejé de hacerlo", continúa el músico, quien tampoco descarta volver al mundo del rock algún día.

De momento, se encuentra de gira con la compañía aragonesa Teatro del Temple, interpretando la música en directo de "La vida es sueño", de Calderón de la Barca, que se estrenó el pasado noviembre en el Teatro Principal de Zaragoza.

En Zaragoza también le gustaría presentar el recién estrenado ballet "Amistades Peligrosas", que según ha ilustrado el compositor, presente en el teatro en el pistoletazo de salida, tuvo una muy buena acogida por parte del público alemán.

"Me sorprendió porque habían estado muy callados durante el espectáculo y aplaudieron en las escenas más abstractas. Valoraron el subrayado emotivo del ballet, algo que me costó que los músicos alemanes entendieran", explica en referencia a la composición.

En "Las amistades peligrosas" ("Gefährliche Liebschaften"), Alonso ha recreado la música de época (siglo XVIII) en la parte narrativa, mientras que cuando se muestra el desarrollo personal de los personajes, su carácter y sus conflictos, ha compuesto una música más contemporánea, con pasajes más atonales y duros.

Precisamente, esa forma de tocar "tan agresiva, hiriente y descorazonada" es lo que según el compositor de este ballet, dirigido por el coreógrafo alemán afincado en Zaragoza, Can Arslan, ha permitido "llegar a un sitio que al público le gustó mucho".

Y es que para Gonzalo Alonso el ballet es uno de sus géneros predilectos y supone experimentar la sensación de que "unos bailarines tan formados bailen tu música y que la estén tocando en directo", además de la escenografía, la iluminación, el vestuario y la dramaturgia pensada para la composición.

Tal y como sucede en el ballet de "Las amistades peligrosas", en el que participan ocho bailarines, una soprano y tres músicos, que actuarán en una gira por Alemania hasta mayo y, si es posible, visitarán Zaragoza la próxima temporada.