La vida en las cárceles, pequeños habitáculos angustiosos sin muchas más posibilidades que respirar, debía ser poco menos que un infierno. Y una de las pocas distracciones que podían encontrar los presos era rascar en las paredes y dibujar sus anhelos de libertad o su pensamiento sobre la realidad. De ahí, que en buena parte de las cárceles de esta ruta del Matarraña se puedan encontrar grafitis en los que se pueden apreciar dibujos de hombres. mujeres, cuchillos, pistolas, animales, barcos, manos, inscripciones algunas de las cuales no se llegan a descifrar e incluso en alguna de ellas (en La Fresneda) se puede observar un vía crucis (o al menos así se ha interpretado) o representaciones de la Virgen del Pilar o de la Virgen de Gracia de la Cueva.

La cárcel del Matarraña que mayor riqueza con respecto a los grafitis atesora es la de Mazaleón (que a su vez es también la más grande de toda la comarca). En su segunda planta, se conserva un gran panel de 7 x 1,6 metros repleto de inscripciones y dibujos realizados por los propios presos. Este objeto es una de las joyas de esta Ruta de las cárceles del Matarraña que también incluye una población del Bajo Aragón, Belmonte de San José.

Los grafitis probablemente representaban los anhelos de unos prisioneros (también aparecen dibujados pájaros o incluso barcos), la mayoría de los cuales morían antes de que llegara su juicio y acusados de delitos de diversa índole según la ley de la época. Desde pequeños hurtos hasta ser acusada de bruja, de bohemio o de precursor del aborto pasando por asesinatos o delitos contra el honor. Todos tuvieron el mismo destino, pasar el resto de sus días en un pequeño habitáculo oscuro y poco higiénico.