Tras la publicación de su última novela, A paso de cangrejo , el año pasado, el escritor alemán Günter Grass se había impuesto un periodo de descanso. Durante esta pausa, comenzó a dibujar y a moldear en barro y, como una creación lleva a la otra, terminó escribiendo un libro de poesía que llega mañana a las librerías de toda Alemania.

"Después de un trabajo en prosa, siempre me gusta cambiar de herramienta y de forma creativa, pero en este caso sentía además la necesidad de hacer algo alegre", explica el autor en el semanario Der Spiegel . "A través de los dibujos y el barro llegué a las parejas bailando, y al mismo tiempo surgieron también los primeros versos", añade el Nobel de Literatura de 1999.

Ultimas danzas es un volumen de 96 páginas que muestra la poesía del autor de El tambor de hojalata y sus dibujos de parejas enlazadas, unas en el baile, otras en el acto amoroso. El título suena a despedida. "A mi edad ya se va viendo el final", dice el autor, de 75 años.

El escritor, que es un experto danzarín, recuerda cómo aprendió a bailar. "Yo me beneficié, al terminar la guerra, de la escasez de hombres adultos: con 13 o 14 años aprendí a bailar. En otros tiempos, ninguna chica se hubiese ocupado de uno. Justo después de la guerra hubo una locura por bailar que hoy ya no se entiende y que rayaba obligatoriamente en lo erótico. No como los jóvenes de hoy. La píldora ha cambiado mucho las cosas. Entonces todo quedaba en el deseo", recuerda el novelista, que estudió escultura en su juventud.

Así como la escultura la abandonó cuando comenzaron a llegar los éxitos literarios, Grass nunca dejó de dibujar. "Siempre estoy dibujando, incluso cuando no dibujo porque estoy escribiendo o sin hacer nada. Cuando estoy dibujando, las frases que he dejado a medio escribir continúan en otro papel".

Grass, que en plena aparición de su nuevo trabajo se encuentra de vacaciones en la isla danesa de Mon, presentará el libro oficialmente en Berlín, el 21 de septiembre, con una lectura con la que inaugurará también una exposición que mostrará hasta el 2 de noviembre su obra gráfica y las esculturas que surgieron de este proceso creativo.

Para Grass, el componente erótico no puede faltar en un libro de poe- sías que se titule Ultimas danzas. "Siempre se cuestiona si la literatura puede cambiar el mundo. Es evidente que sí", recuerda el Nobel.