Más de 230 extras turolenses participaron en 1995 en Tierra y libertad, la película que Ken Loach rodó en Mirambel (Teruel). Ahora, cuando se cumplen 20 años del rodaje del filme, el periodista Mario Ornat publica Bienvenido, Mister Loach un libro en el que hace un seguimiento de la película desde que surgió como idea hasta que llegó a los cines. El sábado, en Mirambel, se proyectó la película y Ornat presentó su libro. "Es como un preestreno, ya que el libro sale en septiembre", comenta Ornat. Los verdaderos protagonistas, recuerda el autor, "son toda la gente que participó en la película".

La idea surgió cuando Javier Lafuente, editor de Doce Robles, le propuso a Mario Ornat escribir un libro que reconstruyera el rodaje para dar a conocer cómo fue la experiencia de participar en la película. "Yo creo que me metí en el proyecto con el mismo ánimo con el que la gente de la comarca y de Mirambel fue a participar como extras en la película: por saber cómo es el cine por dentro y cómo se hace una película, cómo se produce esa transformación entre la realidad y la ficción", explica Ornat.

Reconstrucción del rodaje

Bienvenido, Mr Loach es "como un making off muy largo, básicamente es la reconstrucción del rodaje sobre todo a través de los testimonios de gente que participó en la película". Incluso el del propio director. "Desde que me puse en contacto con la productora, Ken Loach se mostró interesado. Le encantaba la idea de hablar de la película y recordarla porque le guarda mucho cariño y se acuerda de la gente que participó en la película. Lo visité en Londres, hablamos hora y media y después por teléfono y correo", cuenta Ornat.

Tierra y libertad cuenta la historia de un comunista inglés que deja Liverpool para luchar en la guerra civil, dentro del bando republicano. Loach estaba interesado en contar la división entre las fuerzas de la izquierda y la revolución que hubo en España, "sobre todo en Cataluña y en partes de Aragón en los primeros meses de la guerra civil", cuenta Ornat.

A Ken Loach le gusta rodar sus películas muy pegadas a la realidad. Aunque las batallas que aparecen en la película tuvieron lugar en Huesca y alrededores, "por cuestiones técnicas, no les convenía rodar allí". Mirambel les convenció de inmediato. "Sobre todo por el paisaje. La sensación de aislamiento y de belleza muy quieta les atrapó", explica Ornat. Además, desde un punto de vista técnico, Mirambel era una localidad que provocaba "sensación de intemporalidad", señala.

Durante 54 días, el equipo de rodaje se instaló en esta localidad, donde encontraron una implicación enorme de la gente. "Había gente mayor a la que le impresionaba demasiado y no quería ver el rodaje porque les traía demasiados recuerdos de la guerra, y escuchar tiros les despertaba esos recuerdos", cuenta.

La película dejó decenas de anécdotas. Una de ellas es la conocida como la de la huelga del bocadillo, que sucedió cuando los actores progonistas hicieron una especie de rebelión porque veían injusto que los extras comieran de bocadillo mientras ellos tenían cátering. "La productora tuvo que admitir que los extras también comieran en el cátering y que no hubiera clases", explica Ornat. Otra de las anécdotas, que aún hace reír a Loach, tiene que ver con la escena en la que los milicianos asesinan al cura del pueblo porque estaba aliado con los fascistas. Al director "le preocupaba que la escena fuera demasiado violenta en España" Sin embargo se encontró con que "en realidad, los extras se disputaban el deseo de ser ellos el que le disparase al cura", cuenta Ornat.