Todo Centelles 1934-1939

AUTOR: Agustí Centelles

LUGAR: Paraninfo, Universidad de Zaragoza

FECHA: Hasta el 11 de enero de 2014

Siempre huyó Agustí Centelles (Valencia, 1909-Barcelona, 1985) de actitudes heroicas. No ha de extrañar por tanto su interés en dejar claras las razones por las que salió de España con su archivo fotográfico y lo dejó a su regreso, en 1944, en la vivienda de la familia Degeilh de Carcasona, localidad próxima al campo de concentración de Bram donde fue trasladado en marzo de 1939 desde el campo de Argèles-sur-Mer: "Yo me llevé el archivo a Francia no como para guardar una cosa que yo consideraba histórica, porque es que no le daba importancia a lo que yo había hecho, a lo que tenía, yo me lo llevé para salvar quizá a mucha gente, porque había mucha gente allí plasmada en mis fotografías y no quería que por una fotografía donde habían cogido a una persona, el de al lado se la cargase o cantase, y se llenasen las cárceles o los piquetes. Esto me lo llevé, me lo llevé por este hecho. Luego ha sido historia porque le han dado valor luego". Así se lo contó Centelles a Paloma Chamorro en el año 1979 en un intento de superar el relato mitificado que, no obstante, continúa activo para quienes gustan de historias épicas.

Con la misma naturalidad Centelles desmontó la magia del "instante decisivo"; y lo explicó perfectamente estableciendo la diferencia entre el instante de la toma y la posterior tarea de encuadre que se realiza en el estudio, el corte que determina la imagen final y la convierte en decisiva. Así ocurre en todas sus fotografías, pero es especialmente evidente en la titulada Guardias de asalto en la calle de la Diputación que apareció publicada con encuadres diferentes hasta que finalmente Centelles decidió reencuadrarla prescindiendo del cuarto personaje, que nada aporta a una imagen que se convirtió en icono de la Guerra Civil española.

El 19 de julio de 1936, Centelles fue el único reportero gráfico que salió a las calles de Barcelona para dejar testimonio de los enfrentamientos contra el golpe militar y sus imágenes, como más tarde las del Frente de Aragón, ocuparon portadas y páginas principales de periódicos y revistas nacionales e internacionales. Como bien señalan los comisarios de esta exposición, Joaquín D. Gasca y Antón Gasca, la guerra convirtió a los reporteros gráficos urbanos en corresponsales de guerra. Para entonces, Agustí Centelles, acompañado desde 1934 con su cámara Leica, había superado la que llamaba técnica del "pim, pam, pum" --fotografías amaneradas, inexpresivas y oficialistas-- que tanto le irritaba, buscando siempre nuevos ángulos y primeros planos con el propósito de aportar mayor dinamismo y naturalidad a las imágenes. Aprendió del cine y de revistas ilustradas internacionales, y la suya fue una mirada directa y, yo diría, cotidiana. Su empeño fue dar a ver la tragedia y deshumanización de la guerra.