El Hamlet que se estrenó ayer en el Teatro Principal de Zaragoza es una «revisión del clásico muy respetuosa, pero con una intención clara de acercar el clásico a nuestros días, de dialogar con el espectador moderno», explicó el actor Israel Elejalde, que interpreta al protagonista. Esta peculiar adaptación del clásico inmortal de Shakespeare es fruto del trabajo conjunto de Kamikaze producciones y la Compañía Nacional del Teatro Clásico. En la presentación, además de Elejalde, estuvieron presentes el resto de actores: Ángela Cremonte (Ofelia), Cristóbal Suárez (Laertes), José Luis Martínez (Polonio), Daniel Freire (Claudio), Jorge Kent (Horacio) y Ana Wagener (Gertrudis).

«El director ha intentado quitar las cosas anacrónicas, que los espectadores no podrían captar bien», señaló el actor. La dirección es responsabilidad de Miguel del Arco, uno de los directores de teatro más importantes en la escena contemporánea española, con varios premios en su haber.

Pero Hamlet no es una representación de solo siete personajes, por lo que los actores se han tenido que doblar para interpretar el resto de papeles. «En realidad eso es una virtud en nuestro montaje, da pie a juegos que dan bastante fluidez», señaló Elejalde. El intérprete de Hamlet calificó al personaje como «uno de los más complicados que voy a poder representar en mi carrera, porque te pone en un brete emocional y físico».

Aquí no hay fantasmas

La versión que hace Kamikaze Producciones intenta profundizar más en la cabeza del protagonista y sus elucubraciones. De hecho, «no dejamos claro si es el fantasma de su padre quien se le aparece pidiendo venganza o solamente una elucubración de su mente», explicó el intérprete. «Se pone más el interés en la enajenación, en las malas pasadas que te puede jugar la mente, a causa de la fragilidad de la razón».

«Lo importante no está en lo que le ocurre a los personajes, sino en cómo lo cuenta Miguel del Arco», comentó Ángela Cremonte. En esta ocasión la «trama de fantasmas queda más escondida», señaló Elejalde, «y durante toda la obra hay flashbacks, o momentos en los que no sabemos si algunas cosas ocurren e verdad o es imaginación de Hamlet». «A veces está enajenado, otras solo decide hacerse el loco».

En general, la obra está muy enfocada a describir la delgada frontera entre locura y razón, llegando a la conclusión de que «es difícil separar la realidad de la imaginación», aseguraron.

El equipo lleva un año lleno de éxitos con la obra allá donde va, desde su mismo estreno en Madrid, y ayer la compañía quiso agradecer el «generoso apoyo de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y de su directora, Helena Pimenta, para hacer posible este montaje en el que el equipo de Kamikaze Producciones da un paso más en su línea de investigación teatral».

Esta nueva revisión se estrenó ayer en el Teatro Principal, y hoy volverá a representarse a las 20.30 horas, y mañana domingo se realizará por última vez a las 18.30 horas.