Durante seis temporadas, Isidro Ferrer plasmó en carteles la esencia de los montajes del Centro Dramático Nacional (CDN) y, ahora, este «demiurgo de la gráfica» reúne en un libro más de cien de esas obras, comentadas por Miguel del Arco, Natalia Menéndez, Juan Echanove y Ernesto Caballero. Este, actual director del CDN, es quien define en el prólogo de El juego en escena (Nórdica) a Ferrer como «demiurgo de la gráfica», aunque el ilustrador puntualiza que es un «artesano» que «contempla el conocimiento de la materia y la sensibilidad artística».

«Se lo agradezco muchísimo a Ernesto, pero es un poco exagerado -ríe Ferrer, quien vive y trabaja en Huesca desde 1996-. El demiurgo es como el semidios o representante de la divinidad en la tierra. Es un término muy bonito, pero me queda grande», sostiene el ilustrador y cartelista.

Ferrer (Madrid, 1963) comenzó esta especial relación con el CDN en 2006 bajo la dirección de Gerardo Vera y desde entonces hasta la temporada 2016/2017 fue el encargado de ilustrar las obras del centro, excepto en un período en el que le sustituyó el diseñador Peret. «Formar parte de esa familia ha sido muy bonito. Para mí ha constituido un lujo y todo un regalo. Esa confianza que depositaron en mí y que me dejasen construir un lenguaje personal han sido algo fantástico», reconoce Ferrer.

Su vinculación con el teatro, dice, es «muy estrecha», ya que estudió en la Escuela de Arte Dramático de Zaragoza y hasta los 25 años se dedicó profesionalmente al teatro.

«Me gusta estar en este lado de la escena -continúa-, en el lado invisible que queda oculto detrás del telón, donde hay mucha gente participando. Me gusta la invisibilidad que proporciona trabajar dentro de la gráfica pero mantenerme en ese entorno de lo dramático, de lo teatral».

GRANDES NOMBRES / Y los encargados de visibilizar en El juego en escena el trabajo más invisible del teatro son, precisamente, los grandes rostros reconocibles de la escena los que contextualizan la producción cartelística de Ferrer en este tomo.

José Luis Raymond, Sergi Belbel, Carme Portaceli, Israel Elejalde, Andrés Lima o Pilar Massa firman los textos junto a personalidades de otros ámbitos, pero siempre en relación con el teatro, como el periodista y escritor Luis María Ansón o el crítico teatral Marcos Ordóñez. «Es un libro que contiene muchas voces distintas, que dan una visión muy amplia sobre el hecho teatral. Eso hace que en este libro los carteles se sitúen en su contexto real. Es un lujo», afirma Ferrer.

«El cartel es la puerta de entrada al teatro, de la misma manera que la portada de un libro es la puerta de entrada a la lectura. Tiene que ser descriptivo, sugerente, informativo y, por otro lado, tiene que ser una llamada de atención», apostilla Ferrer, que consideran que tienen que «generar curiosidad». Él para El juego en escena ha elegido unos naipes que evocan un telón entreabierto, porque en este libro no falta la poesía visual.