--¿Cómo nace Plot 28?

--Agustín Serna: Yo había hecho un documental que estrené en 2008 llamado Parcela 28, era crítico y reflexionaba sobre las exposiciones universales y sus inducciones en el consumo de masas. De eventos megalíticos como la Expo de Zaragoza. Era un documental ficticio que recogía la muerte de un hortelano y una historia de amor. Javier me dijo que la historia podía dar más de sí y comenzamos a generar un universo a raíz de ella. Cuando comenzamos, no teníamos ni idea de cómo lo íbamos a comercializar porque en 2008 no existía el Ipad pero la creatividad siempre está por delante de la tecnología.

--¿Su proyecto es la primera novela transmedia de España?

--A. S.: Hay antecedentes en países como EEUU, pero no en España. Una novela con una web no es transmedia, en todo caso multimedia. La transmedialización de una historia viene a partir de su propia concepción, puedes entrar desde donde quieras, sin ser redundante; todo es diferente. Cada parte está relacionada, pero a la vez todas están cerradas, permitiendo tener una visión multifacética de la misma historia.

--Javier Hernández: Es la narrativa la que sostiene la transmedialidad, no la tecnología. Lo que podemos aportar son universos de tramas interrelacionadas a través de productos online y offline que están en sinergia. Plot 28 encarna una nueva manera de contar historias con conexiones en distintas plataformas, valiéndonos de los instrumentos del siglo XXI.

--¿Qué plataformas componen la arquitectura de Plot 28?

--A. S.: La narrativa de las novelas, que a la vez son interactivas, los audiovisuales, los blogs de personajes, las webs temáticas, la presencia en las redes sociales, los grupos activistas y más colaboraciones que aportan contenidos, como los comics de Julio Cánovas, la banda sonora de Juan Aguirre para un clip, piezas de teatro o fotografías de los personajes. La traducción son muchas horas de entretenimiento.

--¿Es entonces un proyecto vivo y en continua actualización?

--A. S.: Es un universo en expansión. Todo sigue su curso.

--J. H.: Los personajes siguen creciendo y además están pegados a la actualidad, ya sea en su inmersión política o religiosa. Todo se tiene que alimentar.

--¿Cómo se consigue esa ambigüedad entre realidad y ficción?

--J. H.: Es una de las características del arte y la creación del siglo XXI, que se mueve en esos territorios antiguos. Sucede en un momento en el que los políticos te cuentan más ficción que realidad. No sé qué diferencias hay entre un discurso de la Comisión Europea o Rajoy y lo que hacemos en Plot 28. Jaime Miñana, uno de los protagonistas de la novela, escribe sobre la realidad y desde el punto de vista de la gente, no desde lo que dice Alemania. Plot 28 plasma una desconfianza hacia lo real muy posmoderna.

--El componente crítico está muy presente en sus tramas.

--J. H.: Creemos que se ha vuelto al compromiso con la realidad y se puede ver, por ejemplo, en el arte español. Hemos estado mucho tiempo mirando las bragas de Marilyn Monroe, el icono de Bruce Springsteen y todo lo relacionado con el after pop. Pero los acontecimientos que estamos viviendo de corrupción y de crisis exigían una nueva visión. Plot 28 está en esa línea, vuelve a hacer crítica radical de lo social. Y además es pionero. Ahora es muy fácil porque todo está destrozado, pero en 2008 ya cuestionamos la Expo y la España triunfalista. Es la es la base de nuestro discurso ideológico. Aunque se diga que Plot 28 es ficción, el espectador se enfrenta con la implacable fuerza de lo verosímil.