DICCIONARIO DEL TIEMPO

Jesús Soria

Editorial Lastura

Ya desde su mismo título, Diccionario del tiempo, este poemario de Jesús Soria Caro que ha editado Lastura muestra la voluntad de alcanzar su definición mejor. Resulta llamativo que a lo largo de sus páginas prevalezcan conceptos negativos: la no-palabra, el no-lugar y sobre todo el no-yo aparecen continuamente aludidos, de manera que las ausencias se convierten en protagonistas. Y como si de un huecograbado se tratase, son esos elementos vacíos los que van llenando y completando el sentido global del poemario.

De esa tensión que se crea entre lo que no puede decirse con precisión y el afán por señalarlo con nitidez surge una de las grandes virtudes de este libro, en el que casi por obligación el lenguaje tiene que elevar su poder hasta una potencia superior. De este modo, lo que Jesús Soria renuncia en el plano meramente retórico —sus versos no se preocupan por la musicalidad, y el sentido estrófico o rítmico no marca el curso del poema— lo gana en profundidad de pensamiento e impacto imaginativo. Los ejemplos son abundantes, y este es solo uno de ellos, que marca el tono de los poemas: «Eternidad fugaz que más / que tiempo es sangre de oscuridad / con un cuchillo de luz que secciona / al animal de carne de respuestas».

Tal vez podría pensarse que una poesía tan abstracta peca de estar desligada de lo más cercano. No es así. Soria sabe desdoblar los planos de su verso para convocar y evocar temas y escenarios más cotidianos: la relación física y sentimental, el viaje e incluso la observación social tienen lugar en el poemario, estructurado como si de un diccionario personal y a la vez universal se tratase, proponiendo distintas acepciones a cada palabra, en la persecución de un significado cuyo rastro se convierte en el poema.