El tenor peruano Juan Diego Flórez abre esta noche (20.00 horas) en la sala Mozart del Auditorio, la XXIII Temporada de Grandes Conciertos de Primavera 2017, acompañado por el pianista estadounidense Vincenzo Scalera.

Flórez, considerado en estos momentos uno de los mejores tenores del mundo, ofrecerá un concierto cuyo repertorio estará compuesto de fragmentos de obras de G. Rossini, W.A. Mozart, R. Leoncavallo, G. Puccini, J. Massenet y G. Verdi.

El cantante lírico peruano en sus inicios se dedicó al pop, al rock y a la música peruana. A los 17 años comenzó sus estudios en el Conservatorio Nacional de Música de Lima y tres años más tarde obtuvo una beca para estudiar canto en el Curtus Institute of music de Filadelfia. En 1996 hizo su debut profesional en el Rossini Opera Festival de Pésaro, lo que marcó el inicio de una carrera estelar.

En 2011 fundó Sinfonía por el Perú, una fundación que tiene como objetivo fomentar la creación de orquestas y coros infantiles y juveniles a nivel nacional.

EL PROGRAMA

En el alba del setecientos, se generalizaron las llamadas arias de equipaje, para denominar la costumbre de introducir en la interpretación escénica de una ópera, algún aria que no le pertenecía pero que era famosa en la voz protagonista que actuaba en esa función. Esta arias de baúl las llevaba el propio cantante pues le habían hecho célebre. Esos cantantes han desarapecido, pero no las partituras que inspiraron, llegando a etiquetar las voces según timbre, volumen y extensión (ligero, lírico, spinto, dramático...) y mezclando, craando por ejemplo líricos ligeros, como el caso de Juan Diego Flórez.

El recital que ofrece Flórez esta noche es sin duda un modelo de inteligencia y sensibilidad. Comienza con Rossini, y la delicada canción La Lontananza, el vistoso Bolero, ambas de Pecados de vejez, para volver luego al famoso Addio ai viennesi o el aria Ah, dov’è il cimento, de Semiramide, última ópera del compositor de Pésaro. Tras Rossini, sonarán dos piezas de Mozart, una característica del germánico sinsgpiel, como es la de El rapto en el serrablo y otra no menos genial manifestación de la juvenil pero ya madura visión de la ópera seria italiana Vado incontro, de Mitridate.

Ya en la segunda parte, aparece la música francesa de Jules Massenet, con su Pourqoui me reveiller, cuya tesitura y expresión la convierte en imprescindible para voces como las de Flórez.

Y como preámbulo, tres canciones de Leoncavallo (Aprile, Vieni, amormio y Mattinata) y dos arias de Puccini (Avete torno y la popularísima Che gelida manina, de La bohème. En el final, un regreso al siglo XIX con dos obras de Verdi. En definitiva, un programa exigente, aunque siempre queda tiempo para los bises.