Llegados de Madrid, de Barcelona, de Castellón, y, por supuesto, de numerosas localidades aragonesas además de los miles de seguidores que tiene en su ciudad, Zaragoza, los fans del rapero Kase O. vivieron ayer una noche inolvidable en el pabellón Príncipe Felipe, donde el MC zaragozano ofreció un concierto que, por el interés suscitado y el público congregado, 8.000 personas, podría calificarse como histórico en el mundo del hip hop español. Y más anunciándose en solitario, sin el aval que confiere hacerlo con el supergrupo Violadores del Verso.

Con las entradas agotadas desde hace meses -de hecho tuvo que cambiar el primer recinto previsto, la sala Multiusos, por otro mayor como es el Príncipe Felipe-, Javier Ibarra, nombre real de Kase O., subió al escenario sabiendo que jugaba en casa, con lo que supone de saberse arropado pero también de responsabilidad ante su gente.

Antes lo había hecho el Momo, otra de las grandes apuestas de futuro de la ciudad, apadrinado por el propio Ibarra, que cuenta también con una legión de seguidores y que, posterioremente, junto a R de Rumba (otro de los Violadores), sería parte fundamental de la actuación de Kase O.

Así las cosas, y con numerosas sorpresas en forma de colaboraciones a lo largo de la noche, el Príncipe Felipe, y por ende Zaragoza, se convirtió en el epicentro del rap nacional, dejando claro que esta ciudad es la capital española de este estilo musical sin ninguna duda. «Voy a dar lo mejor de mí para sacar lo mejor de vosotros y que salgais de aquí nuevos», dijo el artista como declaración de intenciones ante un concierto que se tomó como un reto personal.

Con la Intro de El círculo. el disco que ha dado origen a esta gira, y sobre un escenario sencillo, pero eficaz, que recreaba semicírulos de luces, comenzó un concierto en el que el público no dejó de moverse desde el primer minuto. Esto no se para inició la locura y dejó claro que el nuevo disco es ya un referente entre sus seguidores, que cantaron junto al MC temas como Yemen, Triste, Pavos reales o la íntima Guapo tarde. Tampoco se olvidó Ibarra de aquellos temas que lo han convertido en el número uno del rap, y entonó Pura droga sin cortar, Billete de ida hacia la tristeza, Chúpala o Vivir para contarlo. No sé qué voy a hacer, Mazas y catapultas, los versos de Como el sol de Jazz Magnetism, Viejos ciegos Repartiendo arte, Basureta... en definitiva un repaso a su trayectoria en solitario y con Violadores del Verso que estuvo además salpicada de colaboraciones con nombre de la escena del rap -zaragozana y nacional- como Hate o Xhelazz, y cómo no el resto de Violadores, entre otros. En definitiva una noche de puera exaltación del rap.