El Gobierno de Aragón está ultimando un decreto que modificaría el que se redactó en 1995 para acoger el legado que donó el escultor Pablo Serrano a la comunidad autónoma. Este decreto relegaría la relevancia de la obra de este artista universal para que encaje en el museo que las alberga la colección privada de Pilar Citoler, Circa XX. La intención de la DGA es que prácticamente se iguale esta última con la primera, a pesar de que numerosos expertos en arte cuestionan la dimensión y el precio en el que se ha tasado esta colección, 9,8 millones de euros, y que reportará a la propietaria alrededor de 1,5 millones de euros de dinero público de los aragoneses que recibirá por exhibir su obra de forma permanente en Zaragoza.

Si se culmina este decreto de modificación, en estos momentos en manos de los servicios jurídicos de la DGA, la propietaria de esta colección de arte pasaría a formar parte del patronato del Museo Pablo Serrano con las mismas condiciones que la familia del artista que le da nombre, considerado uno de los más importantes del siglo XX y cuya obra se expone o ha expuesto en los museos más importantes del mundo (Guggenheim, MOMA, Pompidou, Reina Sofía o el Ermitage, siendo en este museo el único artista español al que se le ha hecho una retrospectiva en solitario). Además, podría crearse una posterior fundación con el consiguiente gasto para un museo que apenas realiza actividades por falta de fondos económicos.

VAIVENES Además de la importancia de su obra, es destacable que este la donó en vida al pueblo de Aragón sin ninguna contraprestación económica. Sin embargo, la indolente planificación de la política cultural de los sucesivos Ejecutivos autonómicos, ha hecho que su legado no adquiera el realce que su autor merece, a pesar de que en el 2011 se reestrenó el museo y pasó a denominarse Instituto Aragonés del Arte Contemporáneo-Museo Pablo Serrano.

El decreto que actualmente se está redactando podría incluso introducir el nombre de Pilar Citoler, a quien se le concederán plenos poderes y capacidad de decisión, los mismos que poseen en el decreto los herederos de Serrano, su nuera Susana Spadoni y su nieta, Valeria Serrano. La familia del escultor se mantiene de momento al margen de la polémica, aunque fuentes próximas confirman que el malestar es patente en una historia llena de desencuentros con la administración autonómica y que estuvo a punto de dar al traste con la exhibición museística, ahora en mantillas e incluso con obras del catálogo de las que se desconoce su paradero. De hecho, el contacto entre los herederos del escultor de Crivillén y el Gobierno de Aragón son escasos.

De momento, la polémica está servida y ya ha llegado al debate parlamentario. La diputada del PSOE en las Cortes de Aragón, Ana Cristina Vera, ha formulado una batería de preguntas al Gobierno autonómico en el que se interesa por conocer los autores de la tasación de la colección de Pilar Citoler, el coste total a las arcas públicas y por el futuro del Instituto Aragonés del Arte Contemporáneo. Asimismo, se desconoce el coste de los seguros y del almacenamiento.

De momento no hay respuesta del Ejecutivo autonómico. Y la única que ha emitido es cuando menos llamativa: la oposición no tiene derecho a conocer las condiciones del convenio firmado entre la DGA y Citoler ni su adenda firmada el pasado julio hasta que se haya firmado definitivamente y hasta final de año. La llegada de esta colección a Aragón es un empeño personal de Rudi y las negociaciones las está llevando el director de Patrimonio Cultural, Javier Callizo.