Lleva dos años seguidos inaugurando el curso del Teatro de la Scala de Milán y, este septiembre, será la encargada de abrir la temporada del Teatro Real de Madrid. La mezzosoprano italiana Annalisa Stroppa está considerada como una de las grandes de la ópera de nuestro tiempo, y hoy actuará por primera vez en la capital aragonesa. Lo hará en el Museo de Zaragoza a las 20.00 horas acompañada del pianista Aurelio Viribay.

-Debuta en Zaragoza. ¿Qué expectativas tiene puestas en el concierto, usted que está acostumbrada a grandes teatros?

-Sí, será mi debut en esta ciudad maravillosa en la cual nunca había estado. Aprovecharé para visitarla y apreciar su belleza, como la inmensa Basílica del Pilar, famosa en todo el mundo. Estoy feliz de poder presentarme ante este nuevo público.

-¿Qué le supone como artista enfrentarse a públicos más reducidos?

-Para mí como artista, no es importante si el público es más o menos numeroso; lo importante es que yo sea capaz de comunicar y compartir con cada espectador mis emociones. Creo que tener el público muy cerca es genial, porque se crea una relación muy íntima y se hacen partícipes. El público es nuestro motor, parte viva e integral del espectáculo.

-Actuará en conjunto con el pianista Aurelio Viribay e interpretarán canciones de Ravel, Massenet, Bizet, Granados, Rossini, Donizetti y Luna. De este último ha querido incluir una romanza de zarzuela, De España vengo, de El niño judío. ¿Qué hay detrás de la elección de este repertorio?

-El hilo conductor es el exotismo, parte fundamental del Romanticismo. He buscado crear un itinerario que se paseara por autores franceses, españoles e italianos. Ravel nos acerca al mundo del judaísmo con una oración; con Massenet y su Charlotte (Werther) viajaremos a Alemania y con Bizet a esa España imaginaria y casi pictórica. En la segunda parte comenzamos con música popular española de Granados para volver a Sevilla con el Barbero de Rossini y al histórico reino de Castilla con la Leonora de Donizetti (La favorita). Concluiremos el viaje en tierras ibéricas ¡y por eso no podía faltar una romanza de zarzuela!

-Lleva dos temporadas consecutivas inaugurando la temporada del Teatro de la Scala de Milán y ahora lo hará en Madrid. Ha de sentir mucha satisfacción, ¿no?

-La Scala, como el Teatro Real, tienen una gran historia a sus espaldas que los hacen especiales no solo en Italia o España, sino en todo el mundo. Indudablemente cantar en teatros como estos es una meta para cualquier cantante ya que sus escenarios han sido pisados por los más grandes de la historia de la ópera. Inaugurar la temporada de La Scala representa para mí una sensación indescriptible, una emoción única de esas que se recuerdan para toda la vida. Y es un grandísimo honor. Cantar en La Scala es especial, la atmósfera que se respira es única.

-Ha de sentir mucha responsabilidad encima de estos escenarios.

-Cada vez que se consigue un objetivo importante en tu carrera aumenta con ello tu sentido de la responsabilidad y se advierte el hecho de tener que mantener determinadas expectativas. Una responsabilidad hacia los otros, peros obre todo, hacia uno mismo. Lo único que puedo hacer es estudiar más todavía, prepararme y tratar de hacer todo de la mejor manera posible sin perder nunca la pasión, la energía y el entusiasmo por este oficio maravilloso... Esto me brinda una gran satisfacción y grandes alegrías.

-¿Cuáles son sus metas? ¿Qué sería el éxito para usted?

-Hasta ahora no he planificado mucho y me he embarcado en un camino al que nunca pensé que podría aspirar. Lo deseaba, cierto, pero he dejado que las cosas fluyeran sin tener muchas expectativas y por eso soy muy feliz de las fantásticas ocasiones que he tenido hasta ahora. Continuaré con mi recorrido como lo he venido haciendo hasta ahora, cantando los personajes más aptos a mis capacidades y a mi vocalidad, respetando mi voz, estudiando y dando lo mejor de mí. ¡Después será lo que será! Soy una agradecida de la vida por todo aquello que me ha dado y por mi recorrido artístico.

-¿Son muy diferentes los públicos italianos y españoles?

-Para nada, son muy similares, abiertos, generosos y calurosos.

-Hay gente que no se acerca a la ópera porque la considera un espectáculo elitista. ¿Cómo podría popularizarse este arte?

-Creo que la ópera tiene todos los elementos para entusiasmar a cualquiera. Se trata no solo de darla a conocer, sino de promover esta riqueza universal -como es toda la música y el arte- desde la escuela, haciéndola lo más cercana posible, ya que es lógico que no se aprecie aquello que no se conoce. Casi siempre la gente que se acerca a esta forma de arte tan completa acaba enamorándose.

-¿Con quién le encantaría compartir escenario?

-Siempre se conocen nuevas personas y nuevos países y en cada producción se crece tanto a nivel artístico como personal. He tenido la suerte de compartir escenario con grandes artistas, algunos de los cuales me han enriquecido como intérprete, ya que siempre aprendes de los grandes. En el futuro seguro que conoceré a muchos otros y este es, precisamente, uno de los aspectos que adoro de este trabajo. En todo caso, me encantaría saber qué se sentía al haber compartido escenario con los grandes mitos del pasado.

-¿Cómo se presenta esta temporada para usted?, ¿qué trabajos tiene entre manos?

-Después de este esperado debut en Aragón sigo en el Teatro Real de Madrid. Después viajaré a Buenos Aires, Italia, Berlín y Mónaco.