Ibercaja ha colaborado con el Arzobispado de Zaragoza en su proyecto de restauración integral del templo parroquial de La Cartuja Baja. La entidad de ahorro aportará 200.000 euros para esta iniciativa, que permitirá la apertura definitiva de esta iglesia a sus fines religiosos, sociales y culturales. Así lo firmaron ayer en la propia parroquia del barrio rural zaragozano, el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, y la directora de la Obra Social de Ibercaja, Teresa Fernández, en un acto en el que han estado acompañados por el párroco de la Iglesia de La Cartuja Baja, William de Jesús Otálvaro; el arquitecto de la obra, Teodoro Ríos Solá; el secretario del arzobispo, José Montoya, y el ecónomo diocesano, Ernesto Meléndez.

La aportación económica de Ibercaja se destinará al proyecto de rehabilitación completa que se está realizando en la iglesia de la Cartuja de la Inmaculada Concepción de Zaragoza, una actuación necesaria para su conservación, ya que su estado anterior ponía en grave riesgo un importante exponente del barroco aragonés. En concreto, el objetivo principal de esta intervención ha sido adecuar el edificio para su uso como parroquia del barrio, cerrada al público desde 1990, y para ello se han realizado la soluciones más idóneas para la recuperación de la funcionalidad del templo y de sus tesoros artísticos.

El trabajo se ha acometido en tres etapas diferentes y ha contemplado desde los trabajos preliminares, ensayos y excavaciones, a los trabajos de albañilería y restauración de fábricas y pavimento, para finalizar con la restauración de las pinturas murales y la ejecución de las instalaciones más adecuadas de calefacción e iluminación del templo.

PUESTA EN VALOR En el transcurso de la firma, Teresa Fernández destacó la importancia del apoyo que la Obra Social de la entidad presta a la conservación y puesta en valor del patrimonio, y mencionó la especial vinculación que desde hace años une a Ibercaja con el arzobispado de Zaragoza, con el que colabora en diferentes actividades de carácter social, y también, de conservación y puesta en valor del patrimonio aragonés.

El arzobispo de Zaragoza, notablemente emocionado, agradeció la contribución de Ibercaja a esta restauración, así como su compromiso con el patrimonio. Asimismo, se alegró de que la iglesia de La Cartuja esté recuperando su pasado esplendor y vuelva a acoger el culto del barrio de La Cartuja y otras actividades diocesanas. Manuel Ureña recordó que antes de la restauración las ceremonias religiosas se realizaban de una forma "un poco surrealista", ya que se llevaban a cabo "dentro de un antiguo cine de los años 50". Eso ya es solo una parte de una historia ya superada.