No tiene ninguna duda de que lo que está «sucediendo en la música celta en los últimos años es la mayor revolución en más de 10 años» y con su particular visión de la misma, abierta a su reinterpretación sin barreras y mirando la vista a la historia, Carlos Núñez llega al Festival Internacional En el Camino de Santiago para ofrecer dos conciertos, hoy en Siresa y mañana, con Jordi Savall, en Jaca.

«La aportación que se está produciendo desde la música antigua es una revolución porque aunque la música celta también es histórica (no es la misma la que se tocaba en el barroco o la del renacimiento, o la de Beethoven), creo que la música celta se orientó mucho hacia el show business desde los años dorados en los 90 y lo digo yo que he vendido un millón de discos con una gaita, ¡algo impensable! Pero se orientó demasiado hacia el entretenimiento y la música celta no era eso. En el origen y después la celta era la música pero, ¿dónde se escucha hoy? Eso se perdió», denuncia Núñez. Y ahí es donde la música antigua ha hecho renacer a la celta: «Jordi Savall ha introducido una música barroca para construir puras formas musicales, vuelve a reconstruir lo que fueron las músicas celtas cultas».

El monasterio de Siresa acoge hoy el concierto La tradición medieval a las 22.30 horas en el que Núñez estará acompañado por su ensemble mientras que mañana junto a Jordi Savall interpretarán en el Palacio de Congresos de Jaca a la misma hora Diálogos célticos.

«Es un programa precioso en el que dialogamos constantemente, aprendemos muchísimo mutuamente -señala Núñez-. Estoy muy ilusionado porque esta colaboración nos ha abierto los ojos a la realidad de esta música, son músicas que llevan aquí desde hace siglos adaptándose a cada momento en un esfuerzo continuo de actualización».