Es la única aragonesa que participa en el festival de cine San Sebastián, y lo hace en la sección Made in Spain, con su primera película, Análisis de sangre azul, que se proyecta desde hoy y hasta el domingo. Blanca Torres (Zaragoza, 1977) codirige junto a Gabriel Velázquez este falso documental que narra la aventura de un aristócrata inglés que cae despeñado en el Pirineo aragonés y despierta en un sanatorio mental a principios del siglo pasado. Un doctor registra en su cámara 16 mm las evoluciones de este hombre que ha perdido la memoria.

-¿Qué supone que su debut sea seleccionado para Sebastián?

-Vamos a la sección Made in Spain, que es algo así como su selección de las mejores películas de cine español. Hay también otras primerizas y otras mujeres, que eso me encanta. Por un lado, para mí como directora novel es un subidón y además me gusta porque estamos un grupo de gente de la misma generación, de los 90. Y por otro, nuestra película es especial incluso por la propuesta visual, y que hayan apostado por algo tan minoritario como propuesta relevante de este año, pues te hace doble ilusión.

-Ahí están Álex de la Iglesia, Carla Simón, Agustín Villaronga y su ‘Incierta Gloria’... No sé se siente fuera de lugar.

-Sobre todo por el formato de la película porque empezó siendo un híbrido y está fuera del circuito. Estamos supercontentos.

-Decía que es una película especial. ¿De donde surgió la idea?

-Especial porque es llevar hasta el final una propuesta, una especie de viaje en el tiempo, en el que te vas a los años 30 para retratar el Pirineo aragonés en aquella época. Y fuimos más allá y nos dijimos vamos a rodar como en aquella época; vamos a pasar los calvarios o la experiencia de cargar con películas de tres minutos, de llevarlas a revelar, de no poder chequear en un visor mientras rodábamos... Es muda, en blanco y negro, con intención de documentar la realidad y que no haya demasiada ficción. Pero luego la historia no es extraña sino muy sencilla.

-Usted es aragonesa, pero Gabriel Velázquez no. ¿Cómo le embarcó en la historia?

-Lo convencimos (risas) y él encantado. Yo creo que rodara lo que rodara lo seguiría rodando en Aragón porque me sentí muy cómoda. Además, tiene un poco de etnografía y pretendíamos que el ambiente fuera lo más realista posible; que si hay usos o costumbres de los valles se mostraran tal cual. En San Sebastián van a ver un pedacito de Aragón.

-Se ha rodeado de aragoneses.

-La música es de Javier Aquilué, el guion está coescrito por Orencio Boix, la dirección de arte corre a cargo de Alejandro Santolaria y Enrique Radigales; Sebastián Vanneuville y David Asensio, son la parte de cámara y de dirección de fotografía.

-¿Por qué esta película para debutar en la dirección?

-Esta película surge de una historia mía personal que presenté al Ministerio cuando todavía daban subvenciones al guion. He veraneado toda mi vida en el Pirineo y lo he conocido como turista y poco a poco vas conociendo retazos de lo que era antes y toda esa parte romántica cuando eran espacios muy cerrados. La película es una ficción que se sitúa antes de las tres conquistas, la del forastero (eran lugares aislados), la de la civilización (porque no estaban censados), y la de la ciencia, de hecho la historia trascurre en un psiquiátrico, o sea, la medicina llega allí. Luego está la conquista de la imagen, porque esta película podría jugar a pensar que son las primeras imágenes rodadas allí. Me gustaba situarlo antes de que todo se perdiera. Era como un deseo de contar algo que ya no existe pero que hay gente que todavía puede contar. En el fondo es un tributo al Pirineo que ya no existe.

-¿De donde ha salido Anders Lindström, otro debutante?.

-(risas). Parece que voy a retratar al primer extranjero que llegó al valle y nos hemos dado la licencia de que sea un tipo muy especial. Es un modelo sueco al que vimos en internet y nos pusimos en contacto con él, aunque estaba fuera de nuestro presupuesto. Le pasamos el proyecto a su representante para que se lo pasara a él, con nuestras limitaciones, y se puso en contacto con nosotros y nos dijo que adelante, que contáramos con él con las mismas condiciones que los que estábamos allí.

-Junto a él, el grupo de teatro Arcadia (de personas con problemas de salud mental). ¿Como ha sido trabajar con ellos?

-Buscábamos personas antes que actores y nos hablaron de ellos. Realmente tienen un registro especial para mostrar una realidad más profunda.

-Las críticas son muy buenas. ¿Pero el público?

-Hemos tenido una acogida buenísima. Somos realistas porque es una cinta pequeña y ha cumplido expectativas. Es que ver un documento de los años 30 tiene un componente hipnótico y yo creo que es una de sus grandezas.

-Tras San Sebastián. ¿Qué camino le puede quedar?

-No lo sé porque está llena de sorpresas. Se estrenó en Sevilla y las cosas van cayendo. Se verá en Toulouse, luego Helsinki, está programada en Santander... Yo espero que mucho.