Los libros sin pretensiones se pueden conseguir en muchos lugares pero la producción literaria exigente y que pretende ser relevante depende directamente de instituciones como la librería Cálamo». Patricio Pron recibió ayer el Premio Cálamo Extraordinario por su libro No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles (Random House) en una gala celebrada en el Teatro Principal en la que también fueron galardonados Sergio del Molino (Premio Cálamo Libro del año por La España vacía. Viaje a un país que nunca fue (Turner) y Alicia Kopf por Hermano de hielo (Alpha Decay). Tres propuestas diferentes que se unen al premio Sophos (que es el de una librería guatemalteca) que ha ido a parar a la novela Hombres de papel (Alfaguara), de Oswaldo Sazalar.

Alicia Kopf aseguró sentirse «como en casa» porque recibir este premio es «llegar al listón» que se propuso cuando empezó a escribir: «Estoy en este acto a la altura de la literatura y los escritores que yo me puse como meta». Y es que, aseguró Kopf, el problema es que «algunas editoriales subestiman a los lectores y tengo que agradecer la apuesta por literaturas arriesgadas que crean comunidades porque pueden llegar a todo el mundo si encuentran lugares donde acercarse», reivindicó la escritora catalana.

«TODO ES UNA SORPRESA»

Sergio del Molino, que sí que jugaba realmente en casa, bromeó calificándose a sí mismo «como la nota populista de los premios, el Donald Trump» ya que su galardón fue elegido por las votaciones de los propios lectores. Ya en serio, Del Molino explicó que «todo lo que pasa con este libro es una sorpresa» y que tenía «mucha ilusión» por este reconocimiento por «los compañeros de viaje con los que he tenido trayectorias que nos han ido juntando y desjuntando y porque Cálamo es una comunidad en la que participo y de la que me siento muy cercano».

En el sentido de comunidades, Patricio Pron se mostró «orgulloso» de que su libro «contribuya a la formación de comunidades, a la construcción de un horizonte de posibilidades supeditado al diálogo entre los lectores, escritores y editores» y, sobre todo, recalcó, «de recibir un premio de esta relevancia».

Sobre las obras premiadas, el propio Pron indicó que «los lectores quieren mucho más que lo que les estamos dando» en relación a que se ha reconocido a tres obras valientes. «Incluso se ha premiado un ensayo que no tiene nada de amable», indicó Patricio Pron y es que, señaló, «hay un hartazgo de las narrativas inanes».

Sergio del Molino, que resaltó también que no había muchos ensayos galardonados en la historia de los premios Cálamo, explicó que La España vacía ha llegado muy lejos: «Ha llegado a lectores que estaban fuera de mi círculo. Se ha acercado gente a este ensayo que jamás lo hubiera hecho, ha habido una especie de conexión muy emocional que no sé explicar».

El promotor de los premios, el gerente de Cálamo, Paco Goyanes, anunció que la colaboración que ha empezado este año para estos galardones con la librería Sophos de Guatemala, «se va a repetir porque es una idea muy bonita y Sophos es un modelo para todas las librerías del mundo por la calidad de sus fondos y por la de su personal». También lamentó que Oswaldo Salazar (elegido por los clientes del establecimiento guatemalteco) no haya podido venir a Zaragoza «aunque se ha intentado por todos los medios. A ver si el año que viene con alguna ayuda institucional más lo conseguimos...», explicó Goyanes.