Proveniente del grupo Zaragoza SBK, Marcos Broc apodado Qué Pasa!, fue uno de los raperos aragoneses más influyentes de la década de los 90 con trabajos como Impetuoso asalto al monopolio pop y Estrictamente Real, donde cantó rap en fabla aragonesa. También fue el cofundador en 1996 de Producciones Pollicidas, la primera productora musical aragonesa especializada en rap. Después de años de silencio, Broc, ahora afincado en Manila, publicó el pasado 15 de julio su nuevo trabajo El Viaje, una oda a la multiculturalidad fruto de su experiencia en Inglaterra y Tailandia.

—Ha llovido mucho desde 1996, cuando sacó Estrictamente real y fundaste Producciones Pollicidas.

—Recuerdo esa etapa con aprecio y, desde luego, no me arrepiento de nada. A lo largo de los 90 participé con muchos otros en esa generación underground que sentó el germen del rap en español del que están bebiendo los artistas de hoy. Casi todo estaba por definir y, aunque no hacíamos más que chocar contra el muro de la industria musical mainstream, también era gratificante sentir a pie de calle el valor de lo que hacíamos, a veces con un simple concierto donde apenas reuníamos a 200 personas. Con mi trabajo y la fundación de Producciones Pollicidas queríamos dar forma material a todo lo que se había ido cociendo en esos años: abrir el rap en Aragón y en España al mundo y profesionalizarlo. Dar el salto desde las maquetas vendidas en los conciertos a los álbumes con distribución.

—Después de muchos años en silencio ahora llega El Viaje.

—La vida me alejó del rap, pero siempre estuvo ahí. Son tiempos distintos para la industria musical. Cualquiera puede colaborar con gente situada en las antípodas y distribuir su trabajo internacionalmente. Esto presenta otros retos, porque la oferta musical hoy es, para bien, gigantesca. Mi único objetivo es seguir disfrutando con lo que hago y, de paso, si mi trabajo le llega a la gente, mejor que mejor.

—El Viaje es una oda a la multiculturalidad, fruto de sus experiencias en Londres y Manila.

—En cierto modo, es un círculo que se cierra. Todo aquello que me alejó de Producciones Pollicidas en su momento es ahora una fuente de inspiración en mi música. Habiéndome criado en un barrio obrero de Zaragoza cuando viajar era casi un lujo para unos pocos, no me podía imaginar hasta donde me llevaría la vida. Los retos que se plantean al establecerte en países y culturas distintas te forjan y te marcan. A veces son divertidos, otras se hacen duros. Pero detrás de las distintas gastronomías, colores de piel, lenguas y costumbres, el mayor aprendizaje es que somos una sola raza con un solo planeta y estamos llamados a entendernos para no acabar con él. Los problemas de un pueblo son los de todos.

—El Viaje se enmarca dentro de Re/InSurrección, un álbum que todavía no tiene fecha de salida. ¿Cuándo podremos escucharlo?

SEmDRe/InSurrección es un proyecto que puede tardar todavía uno o dos años en llegar. Ahí encontraremos un Qué Pasa! más maduro, sin dejar de lado la fuerza y la insolencia del rap, que es un género que no tiene límite de edad. Nos hablará del cambio climático, nos hablará de la vida más introspectivamente e incluso nos volverá a rapear en aragonés.

—Este fin de semana hemos tenido a Kase.O en Pirineos Sur. Desde tu perspectiva, ¿cómo ha evolucionado el rap en Aragón desde los 90?

—El rap en Aragón ha llegado en muchos sentidos al lugar donde soñábamos llevarlo ese puñado de críos a principios de los 90. Grandes artistas como el propio Kase.O se forjaron en esos conciertos en las casas de juventud y siguieron empecinadamente y por amor al arte hasta que un día pudieron ganarse la vida con ello. Otros nuevos artistas han tomado el relevo con mucho nivel e ideas frescas. Seguimos siendo un punto central de referencia del rap en español, y ahora llegamos también a América Latina. El gran reto sería alcanzar países con idiomas distintos, como lo ha hecho antes el rap francés.