Tres de las obras cumbre de la literatura universal, Cumbres borrascosas, Jane Eyre y Agnes Grey se escribieron en el mismo salón mientras tres jóvenes descansaban de las tareas domésticas, a las que la sociedad victoriana condenaba por ser mujeres. Las hermanas Brontë fueron capaces de romper esa barrera y su historia, concentrada en un día de su vida, la ha recogido Ángeles Caso en su última novela, Todo ese fuego (Planeta), que ayer presentó, acompañada de Mari Cruz Soriano, en una nueva sesión del ciclo Charlas con valor, que se celebró en el hotel Reino de Aragón de Zaragoza.

"En España no se conoce tanto su historia --arrancó Caso--, aunque a lo mejor en Inglaterra, este libro no descubriría nada. Aquí creo que sí, que para mucha gente que las ama como escritoras, alguna de las cosas que ocurrieron en su vida son una sorpresa". Aún así, la autora explicó que es un libro que va más allá: "Se mete dentro de la mente de esas tres mujeres y trata de narrar lo que pensaban y lo que sentían mientras escribían sus grandes novelas, Cumbres borrascosas, Jane Eyre y Agnes Grey, que es la obra de la pequeña que es mucho menos conocida pero que también fue una estupenda escritora. Lo asombroso del caso es que las tres escribieron a la vez esas novelas extraordinarias en el mismo espacio físico, en el comedor de la casa donde vivían, en la casa de su padre. Es un momento que es como un milagro de la historia de la literatura y de la historia de las mujeres. Yo lo que he hecho es el esfuerzo de reconstruir el alma de estas tres mujeres, no solo los hechos históricos que son, en realidad, lo menos importante".

UN REFLEXIÓN MÁS AMPLIA Y es que este Todo ese fuego es un ejercicio mucho más profundo, según aseguró la escritora: "Esta es una novela que habla de muchas cosas, no solo es la historia de las hermanas Brontë y un homenaje a esas mujeres del siglo XIX que vivieron apresadas por las normas morales pero que tuvieron una fuerza interior, un fuego, como dice el título de la novela, que las llevó más lejos que lo que la sociedad pretendía de ellas en contra de todo, va mucho más allá", dijo, para después continuar: "Es un libro sobre la vida y la muerte porque está también muy presente. Siempre espero que mis lectores sean personas que, además, de emocionarse, le añadan una reflexión. Creo en el equilibrio entre entre corazón y cabeza. Solo el corazón es una cosa boba pero también la cabeza sola es una cosa fría".

Las hermanas Brontë tuvieron que hacer frente a un montón de dificultades en el siglo XIX por su simple condición de mujer para poder llegar a hacer lo que de verdad les gustaba, que no era otra cosa que escribir. ¿Hay alguna semejanza con el siglo XXI? "Creo que han cambiado muchísimo las cosas desde hace 170 años. Por suerte no es comparable pero evidentemente seguimos viviendo en un mundo en el que el predominio de lo masculino sigue siendo una realidad. Hay que estar en el combate para que esto no sea así. Casi todas las mujeres que estamos aquí, si pensamos un poco, somos conscientes de que esa es la vida que vivimos pero, insisto, no tiene comparación con el de las hermanas Brontë".

¿Se refería al mundo de la literatura? "Este es un mundo en el que la apariencia es que hay muchas escritoras y que estamos plenamente asumidas pero luego la realidad es otra. La prueba es de que se sigue hablando de literatura femenina pero no se habla de literatura masculina. Es como si hubiera una gran literatura universal que es la que hacen los hombres y luego una rama menor de literatura femenina dirigida solamente a las mujeres que es la que hacemos las escritoras", dijo con contundencia Ángeles Caso que aportó aún más ejemplos: "Si repasas los premios literarios que se dan en España, tanto los de las editoriales como los institucionales, el porcentaje de mujeres es tan ínfimo que resulta vergonzante, realmente. Claro que nos sigue costando, como en todos los territorios, más que a los hombres", concluyó Ángeles Caso, que habló ante un salón del hotel Reino de Aragón completamente lleno desde muchos minutos antes del comienzo del acto.