El legado de un autor que pone al límite a sus personajes y al lenguaje

AUTOR Rafael Chaparro Madiedo

EDITORIAL Tropo

Quienes hayan leído Opio en las nubes, la primera novela del colombiano Rafael Chaparro Mediado que publicó Tropo Editores hace un par de años, podrán ya hacerse una idea del estilo que se encontrarán en El pájaro Speed y su banda de corazones maleantes. Pocas cosas tiene esta novela de corriente, empezando por su propia circunstancia. Su autor murió a los 32 años en 1995, dejando únicamente publicada una obra, la antecitada Opio en las nubes, convertida en su país en una novela de culto, y señalada por la crítica como una de las más innovadoras de la narrativa colombiana de las últimas décadas. El pájaro Speed..., evidentemente póstuma, podría considerarse su extensión natural.

La novela posee una trama casi inasible, trufada por personajes marginales y escrita con una prosa muchas veces alucinada y sacudida por las enumeraciones caóticas. En muchos momentos el autor deja de lado la narración para comenzar a retorcer el lenguaje, con una corriente de conciencia que tiende a hacerse torrencial. Por el fondo de este caudal transcurre una sensación de desamparo, desarraigo y desencanto, acorde con los ambientes por los que se mueven esos personajes al límite lo mismo que el estilo literario que los encuadra.

En ocasiones, ese ver hasta dónde puede llegarse deshilvanando las costuras narrativas puede hacerse excesivo y desalentar al lector. Sin embargo, el vanguardismo de Chaparro es tan inocentemente sincero que se vuelve fresco, y más comparado con alguna vuelta de tuerca actual pretendidamente rompedora. Además, entre las historias derrotadas, el rock y el punk, el alcohol, las drogas y ese anárquico fluir de las palabras surgen a menudo frases e imágenes certeras y punzantes que delatan a un buen escritor, sumido ya sin remedio en el silencio.