Alas 13.15 horas, llegaba un tranvía a la plaza Aragón lleno de viajeros. Un minuto después, partía. Un niño abría el libro que acaba de comprar mientras dos asientos más allá un clavel amarillo asomaba de un bolso. De pie, varias bolsas de libros delataban la procedencia de los viajeros. Pinceladas de un día que convirtió al libro en el objeto más preciado y en el gran protagonista en el paseo Independencia de Zaragoza. «Un éxito» fue la frase más repetida entre los dueños de los expositores que sacaron a la calle los libros en una llamada que los zaragozanos volvieron a responder. Y es que la sensación de que fue una mañana incluso más concurrida que otros años (si eso fuera posible en algunos casos), fue refrendada por los propios libreros, editores y asociaciones que concluyeron satisfechos una jornada en la que el buen tiempo dio el último empujón con temperaturas cercanas a las 30 grados en determinados momentos del día.

BUENA DEMANDA / Entre los libros más demandados estuvieron el del zaragozano Ignacio Martínez de Pisón (Derecho natural) y la auténtica revelación de la temporada, Patria, de Fernando Aramburu (reciente premio de la Crítica). Junto a ellos, Gloria Fuertes también fue uno de los nombres más solicitados (el último volumen editado por Blackie Books) o David Trueba y su Tierra de campos. Aunque uno de los grandes atractivos de un día como el 23 de abril es que hay casi un libro para cada lector así que también hubo quien apostó por comprar O prenzipet (El principito en aragonés), Cómo enamorar hablando en público, de Míchel Suñén o La chica del tren, de Paula Hawkins. E incluso hay quien se lanzó al terreno de las sugerencias pensando en que deberían compartir espacio las películas y los libros en los que se han basado.

En el estand del Teatro de las Esquinas, Mariano Anós y Alfonso Plou recitaban versos teatrales a voz en grito mientras la gente buscaba, hojeaba y se decidía por su libro. En la otra acera, la librería París fue uno de los expositores que más atención concitó y también uno de los que mayor apuesta hizo por las firmas lo que animó mucho sus ventas. Por el cuádruple estand del establecimiento pasaron, entre otros, Juan Bolea, Magdalena Lasala, Fernando Lalana y Roberto Malo, que bien es cierto, tuvieron que compartir protagonismo con otros autores con mucho tirón como José Luis Corral que firmó tanto en la editorial Doce Robles como en la librería Wodan.

Entre las firmas, Chesús Yuste en Los portadores de sueños fue uno de los grandes triunfadores ya que no dejó de recibir lectores de su Asesinato en el Congreso. No le fue a la zaga el dibujante José Antonio Bernal en (El amardillo ilustrado por la mañana) quien sigue su buen recorrido con Juan sin móvil. Y es que el cómic también tuvo su hueco importante en el día del libro con un Batman incluido que atraía la atención sobre la librería Taj Mahal Cómics. Tanto en GP Ediciones (con novedades como Eclesiastés aragonés y Mundo extraño) como en Malavida (con Martina y Marcial, pareja espacial, de Dani-García Nieto y Xcar como atractivo) se mostraron satisfechos con el transcurso de la jornada: «Un día como estos, siempre va bien», comentaron desde esos estands.

Los tranvías seguían expulsando gente en el paseo Independencia y, ya por la tarde, los claveles, el distintivo de que efectivamentre la gente no solo miraba sino que también compraba (y mucho), se veían menos pero, en este caso, porque se habían regalado casi todos (por cada libro se conseguía uno rojo o amarillo). El Día del libro del 2017 fue un éxito.