CUENTOS PARA SENTIR LAS HORAS

AUTOR José Verón Gormaz

EDITORIAL Mira

PÁGINAS 132

PRECIO 13 euros

La versatilidad literaria de José Verón Gormaz --por no hablar de otras facetas artísticas que también domina-- es perfectamente conocida para los lectores. Y por si a alguien le quedase alguna duda, el Premio de las Letras Aragonesas que le fue concedido en 2013 no hizo sino certificar esta notable presencia. Cabe advertir que ese galardón no supuso, como a veces sucede, la culminación de su carrera: Verón ya tenía listos dos nuevos libros cuando recogió este premio el año pasado.

Uno de ellos era Cuentos para sentir las horas, publicado por Mira. Su título ya deja claro el contenido, que efectivamente son relatos que van desde lo breve a lo muy breve, y que se ordenan en cuatro partes donde las dos centrales corresponden a los más largos --y ninguno lo es mucho--, mientras que los extremos se reservan para textos que necesitan apenas de unas líneas para desarrollarse.

En la primera parte, Verón cultiva el tan en boga género de los microrrelatos, e incluso bordea el riesgo de manufacturar ocurrencias para redes sociales, como sucede muy a menudo con estos bonsáis literarios. Pero otras veces, y no pocas, también acierta de pleno, reviviendo por completo el espíritu de Marcial en unos epigramas tan satíricos y punzantes como los del poeta latino. La última parte, titulada Cuaderno de notas, es precisamente eso, una recopilación de apuntes o esbozos, en los que la brevedad de lo escrito no resta intensidad ni profundidad.

Algo más extensos son los relatos que aparecen bajo los epígrafes Rumores de Lilandia y El laberinto de la dicha. Quizá algo más sombría la primera que la segunda, ambas partes recogen cuentos que suelen capturar estampas sutilmente diseccionadas, aderezados además con humor, paradoja o reflexión, siempre en dosis equilibradas.