¡OLVIDAD FILIPINAS!

AUTOR: J. Moya- Angeler y César Mediano

EDITORIAL: Inédita

PAGINAS: 320

PRECIO: 22 u

"Olvidad Filipinas". Esta fue la consigna de el aragonés (de Peralta de la Sal) Mariano Mediano hizo cumplir a su familia durante años. Sin embargo, un siglo después César Mediano, biznieto del héroe, ha hurgado entre legajos, crónicas, partes, telegramas y los cientos de documentos existentes en España sobre la guerra de Filipinas. Con ellos se pudo recomponer este puzzle escrito por un nieto, José Moya-Angeler.

"En la familia siempre había ese misterio y nadie quería hablar de estos hechos", explica Moya-Angeler. Sin embargo, tras morir en 1999 Josefina Mediano, madre del autor y hija del héroe, la familia se propuso "desvelar ese misterio. Y fue una sorpresa porque quedan muchos documentos de esos hechos heroicos" tanto en España como en Filipinas. Moya-Angeler viajó a la antigua colonia y allí "me fueron desgranando hechos históricos muy importantes".

De hecho, Mariano Mediano estuvo presente en el asalto del Monte Arayat. Tras su conquista, los rebeldes firmaron la paz de Biac-na Bató; pero no tuvo efecto, ya que Aguinaldo, el líder revolucionario, que claudicó a cambio de 400.000 pesos, invirtió en la compra de armas en Japón este dinero. Así que poco después "volvieron a la montaña y todavía siguen allí". Desde entonces, "nadie se ha atrevido a subir allí".

Este libro pretende demostrar que Mediano no fue a Filipinas para "librar una guerra, sino que él estaba convencido de que había que poner paz, ya que mi abuelo fue sobre todo un hombre de paz y orden". Mientras otros se refugiaron en Manila, él siguió en la selva luchando contra una guerra de guerrillas "de la que era casi imposible salir con vida". El lo hizo por su mujer y por la amistad que se forjó durante el cautiverio con Alejandro Viamonte, un madrileño que al volver se instaló en Zaragoza.

Hubo muchas olvidos. Por ejemplo, por la batalla en Arayat, al general Monet y al resto de militares se les concedió unas medallas, que no llegaron a sus dueños. Este reconocimiento, lo recogieron sus descendientes casi 100 años después.

La guerra de Filipinas fue silenciada durante mucho tiempo. Moya-Angeler explica que la madre de Alfonso XIII, la regente, "cuando vio que todo se hundía dijo que había que rehacer España", sin embargo Mediano todavía seguía prisionero en Filipinas. Y cuando volvió, "le dijeron que le habían dado por muerto. Le dieron dos meses de paga y lo enviaron a casa". Entonces, Mediano "se hundió moralmente y dijo que se había equivocado puesto que él fue a Filipinas de buena fe, había luchado y no había conseguido evitar el desastre, así que dio la orden de olvidar Filipinas".

El libro también destruye el mito de que los últimos españoles que salieron de Filipinas fueron los de Baler, pero no, fueron los de Rosario --donde estaba Mediano--, liberados por los americanos por un engaño; porque un detenido le dijo al General Anderson "que además de españoles había americanos".

Otro miembro de la familia, Lorenzo Mediano, ya dedicó su novela Los olvidados de Filipinas a la memoria del abuelo. Y el próximo 16 de agosto, Peralta de la Sal reunirá a sus descendientes para descubrir una placa en su honor.