No es una historia de amor. Es la de una ilusión. Es la historia de un pastor joven de una aldea ribagorzana, cojo desde niño por la polio. Y, por una vez en su vida, en las fiestas del pueblo vecino, al que ha acudido con los cuatro amigos, se ve tratado como un ser normal por una moza estudiante de Graus, sencilla y guapa, que se sienta junto a él en el baile, sin importarle que sea cojo, que sea pastor. No es una historia de amor. "Es un salto a ser hombre: Eres hombre cuando te atreves a hacer las cosas y vas a por ellas".

Lola Gracia afirma que el relato se iba escribiendo automáticamente, fluía en el habla ribagorzana que ella usa siempre en su casa, y que los personajes funcionaban a su aire, con la naturalidad con la que se suceden las estaciones. Lo llamó Cosetas d´adentro y lo envió al Concurso de Relatos y Poemas de Graus 2009, donde obtuvo un accésit.

Ahora el relato ha pasado a guión cinematográfico para ser filmado. A finales de mayo se eligieron los actores y la primera parte del rodaje se iniciará el próximo miércoles en Montañana, cerca de Benabarre. Todos hablan ribagorzano.

Unos jóvenes, cámaras de televisión, convencieron a Lola Gracia, de llevar al cine este relato: "Es sobre un chico que vive en una aldea de Ribagorza en los años 50. Le puse Ramón porque es un nombre de por ahí arriba", (Ramonet si es el hijo, Ramonón si es el abuelo, pero el relato elude el Ramón hasta que suena en sus labios al hablar con la chica).

Pastor de ovejas, con poco más de 20 años, el protagonista hace la vida en el pueblo con los otros tres mozos, el de la casa rica, que tiene tres mulas, una moto y cuatro criados, otro que es muy espabilado pero pobre y trabaja para el padre del primero, y otro que ejerce de cartero. La vida les ha llevado a hacer una piña.

"Ramón no es tonto, pero se sabe vencido siempre. Sentado en el baile lo observa todo". La chica que viene a sentarse a su lado no es sensual ni descocada, sino discreta, sensible y cercana.

MÚSICA DE MACHÍN Se llama Esperanza y le cuenta al mozo con naturalidad que estudia en Huesca, que su familia tiene una confitería en Graus... La música ataca una canción de Antonio Machín: "Se vive solamente una vez, hay que aprender a querer y a vivir...". Él mira la bota tosca de su pierna, al lado de las sandalias blancas de Esperanza. Acaba el baile y los amigos le llaman para regresar. Ella le coge del brazo para una foto que después le llegará al pastor por correo. Mirándola, en su alcoba, Ramón no sabe si se ha enamorado o no.

El planteamiento ya está sobre la mesa. Queda el nudo y el desenlace, siempre en un tono contenido. La productora A rodar ha puesto en marcha el filme, que será dirigido por la autora del relato. Lola Gracia ha recibido ayuda para el atrezzo: la bicicleta, la burra, un hurón y mucha colaboración en la comarca para el vestuario. Ha elegido como música final La cardelina, de Graus, en una versión muy lenta.