En la recepción del IAACC Pablo Serrano no daban crédito. Hacía mucho tiempo, posiblemente desde los días que siguieron a su inauguración, que el museo no recibía tanta gente. Menos se esperaban aún que el centenar de personas que pasó por la puerta en la mañana de ayer sábado se convirtiesen de pronto en una de sus principales atracciones de la jornada. Y es que el Colectivo Aragonés de Artistas Visuales, con el apoyo de la Asociación +cultura, había preparado una acción sorpresa para "llamar la atención sobre la precaria situación del arte y la cultura en nuestra comunidad" y tomaron, de forma pacífica claro, la sala Juana Francés del centro con una performance en la que los propios artistas se convirtieron, por momentos, en puras creaciones artísticas.

Así, a una señal de Ignacio Fortún, los participantes se sentaron en el suelo y desplegaron un mantel con un plato en el que ponía "Cultura", y comenzaron a reclamarla pegando con sus tenedores ya que, explicaban, la cultura es "un alimento imprescindible para el crecimiento y el progreso de la sociedad". Al mismo tiempo, otro grupo se ponía de cara a la pared como si fuese una obra más del museo, portando cada uno una cartela: Autor: Gobierno de España. Título: Artista contra la pared. Técnica: Collage de recortes. Año: 2012, rezaba una de ellas.

Así, el medio centenar de artistas participantes y casi otro centenar de personas que apoyaron la iniciativa desde otros ámbitos, como el dramaturgo Adolfo Ayuso o el exJusticia Emilio Gastón, querían dejar claro "el menosprecio que se está haciendo a los creadores y a la cultura, que es un eje vertebrador importantísimo, que crea puestos de trabajo y es fundamental para que el hombre sea libre".

Precisamente, los convocantes eligieron el museo Pablo Serrano como paradigma de las malas prácticas políticas, pues como decía Gastón, uno de los impulsores de la Fundación original del proyecto, "se ha convertido en todo lo que Pablo Serrano no quería, pues pretendía crear un centro en el que se fomentase el desarrollo de los artistas jóvenes y se ha convertido en un ejemplo de las políticas de grandes obras vacías. Lo que queremos es que este centro tenga sentido".

Lo mejor, la presencia de autores de varias generaciones, "una unión que no se había visto nunca", decían Ricardo Calero y Sara Shackleton. Y es que desde emergentes como Javier Joven o Antonio Chiprana, pasando por Paco Simón o Paco Rallo , el acto contó también con gente del peso de los dos últimos premios Aragón-Goya de Artes Plásticas, Juan José Vera y Julia Dorado. No fue pues una pataleta de jóvenes, fue una reivindicación real ante una situación que el colectivo considera "desesperante". Y una declaración de principios: "Los museos deben de ser de los artistas".