El Ayuntamiento de Zaragoza proyecta transformar el entorno de los antiguos baños judíos del Coso, ubicados en los bajos del edificio de Textiles Marín, en un museo sobre la cultura hebrea, que constituirá un elemento importante en la ruta turística zaragozana. Para ello, adquirirá 299 metros cuadrados del inmueble, una ampliación sustancial frente a los poco más de 30 metros cuadrados previstos al principio, que correspondían únicamente al acceso de estas instalaciones.

Antonio Gaspar, teniente de alcalde de Urbanismo, manifestó en el pleno de Urbanismo celebrado ayer que el nuevo centro museístico "será un elemento importante para que el visitante se acerque a la cultura judía en Zaragoza".

Los baños se sitúan en el sótano segundo del inmueble. El Consistorio adquirirá 142 metros cuadrados de planta calle, 124 metros cuadrados en el sótano primero y 33 metros cuadrados en el sótano segundo, superficie esta última que corresponde al acceso a los baños judíos.

La compra se efectuará con cargo a la partida presupuestaria destinada al incremento de bienes del patrimonio municipal. En estos momentos todavía se están desarrollando las negociaciones. "En este proceso negociador no hay que tener en cuenta solamente al propietario, sino también a los inquilinos, ya que se trata de un inmueble que está alquilado", explicó Gaspar, y añadió que los precios que se están barajando están en torno a los 3.000 euros/metro cuadrado.

Los técnicos de las áreas municipales de Cultura y Urbanismo están redactando el ante-proyecto del futuro museo, centrándose en las necesidades técnicas para definir usos y espacios.

Los baños judíos, declarados Bien de Interés Cultural, quedaban frente a la Judería y especialmente a la fortaleza conocida como Castillo de los Judíos, sobre el solar que hoy ocupa el Seminario de San Carlos. Se consideran baños judíos precisamente por estar en el barrio hebreo y ser utilizados por la población judía, pero su estructura es idéntica a la de los baños musulmanes, ya que los judíos no tenían arquitectura propia y copiaban los modelos islámicos.

Así, estos baños son obra mudéjar del siglo XIII, por lo que están reconocidos por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad como el resto de los vestigios mudéjares de Aragón y también son, sin duda, uno de los legados culturales más desconocidos de la ciudad.