Que la crisis está afectando a casi todos los sectores es un hecho, y que algunos están sufriendo los recortes más que otros, también. Y la cultura es uno de los que más parece que va a sufrir los recortes. Y dentro de ella, las bibliotecas. La Biblioteca de Aragón se está viendo abocada a reducir su política de adquisición de libros a la mínima expresión. Una situación que se ha visto agravada este año por la todavía ausencia de presupuestos, lo que hace inviable hacer ninguna precisión ni realizar ningún gasto excesivo concreto: "No sabemos con cuánto dinero vamos a contar, aunque la aportación del año pasado del Ministerio de Cultura ya desapareció por completo, no recibimos ningún euro, y suponemos que este año tampoco habrá dinero", explica Javier Villar, director de la Biblioteca de Zaragoza (integrada en estructura en la Biblioteca de Aragón, aunque en realidad son dos organizaciones diferentes). En cuanto al Gobierno de Aragón, Villar dice no saber nada de las previsiones, pero "seguramente será menor a la del 2011". Algo que se notará en casi todas las actividades como él mismo reconoce: "Con menos dinero, se pueden hacer menos cosas. Eso es así, aunque, también digo que, hasta ahora, seguimos con el mismo número de empleados y abriendo todos los días con el horario de siempre".

COMPRAS EN PELIGRO ¿Afectará a la política de adquisiciones de libros que es uno de los servicios que al final más repercute en el ciudadano? "Se notará", asegura Villar, que ofrece unos datos muy esclarecedores: "En tres años, hemos perdido casi una tercera parte de inversión en adquisiciones. Si hace tres años se destinaban unos 170.000 euros a comprar, el año pasado la cifra se situó en torno a los 71.000 euros. Y en el 2012 será menor".

El de las adquisiciones no es el único apartado que se verá afectado por los recortes. Hay otros programas de la Biblioteca de Aragón que pueden correr peligro como, por ejemplo, el Programa de Desarrollo Bibliotecario en los Centros Penitenciarios de Aragón. Era la propia Biblioteca de Aragón la que facilitaba los libros para que los presos pudieran leer. La aportación económica, a día de hoy, para este programa está en el aire y se está negociando con las editoriales a ver si aceptan facilitar los ejemplares.

La Biblioteca de Aragón es la más grande de la comunidad, pero no es la única a la que han llegado los recortes. Las bibliotecas municipales zaragozanas (veinticinco) también han sufrido severos recortes y, recientemente, el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Zaragoza, Jerónimo Blasco, amenazó al Gobierno de Aragón con denunciarle si se negaba a prestar financiación para las mismas. Además, algunas bibliotecas de las cabeceras de comarcas aragonesas han denunciado la posible cancelación del convenio existente entre el Ministerio de Cultura y la DGA para adquisiciones.