El cine comprometido con una sociedad más justa, más igualitaria y menos machista, tuvo ayer protagonismo en el Festival de Málaga con dos películas, Brava, de la barcelonesa Roser Aguilar; y La mujer del animal, del colombiano Víctor Gaviria.

La primera está protagonizada por Laia Marull, que interpreta a una mujer con una existencia aparentemente feliz que súbitamente emprende un viaje al lado oscuro de su vida. Un día, sufre un asalto en el metro y contempla una agresión sexual, por lo que huye de la ciudad hacia el pueblo donde vive su padre, pero el medio rural acabará siendo no tan bucólico como esperaba.

Roser Aguilar cree que éste es «un momento complicado a nivel ambiental, un periodo oscuro en el que hay una especie de agresividad latente todo el rato y también una anestesia frente al dolor». A la directora y coguionista de Brava le impactaron varias noticias que aparecieron en la prensa sobre personas que habían recibido una paliza al intentar evitar una agresión en la calle. Por eso considera que la película puede mostrar una sociedad machista, «pero es que ésta es una sociedad así, muy patriarcal, en la que hay mucha violencia cotidiana contra las mujeres y sucede en mil gestos, trabajando, por la calle o en la pareja».

Para Aguilar, en la situación actual «cada vez es menos posible el silencio, y no hay violencia peor que estar callado», por lo que es necesario «posicionarse ante una realidad cotidiana con mucha agresividad y mucha violencia».

A Laia Marull le atrajo la posibilidad de hacer este «personaje complejo en una situación complicada», porque, reconoció, «en el tema de la agresión sexual, todos callan y sigue sucediendo porque seguimos ocultándolo».

VIOLENCIA MACHISTA / Víctor Gaviria muestra con toda su crudeza la violencia machista en La mujer del animal, una película del cique está basada en unos hechos reales ocurridos en su país en 1975.

La protagonista huye del internado de monjas donde la acogían y llega a un barrio marginal de Medellín (Colombia), donde Libardo, el Animal, se enamora de ella y la rapta en un rito matrimonial con la familia como testigo. Forzada a convertirse en su mujer, se aferrará a su hija, a la que intenta salvar.

Ese Animal es encarnado en la pantalla por Tito Alexander Gómez, quien resalta que la película «llama a reflexionar» a los hombres para «no parecerse en nada» a su personaje; a las mujeres, «para que aprendan a distinguirlos, se cuiden de ellos y los enfrenten»; y a los testigos, para «que no hagan la vista gorda, denuncien y ayuden». «El Animal existió y existe en todo el mundo, puede ser tu vecino y ni siquiera te has dado cuenta», advirtió el actor.

Gómez conoció a la protagonista de estos hechos reales, Margarita, que todavía vive en Medellín y que les dio consejos para afrontar sus personajes. «Margarita no se ríe de sus cosas, pero ya lo tiene un poco superado», dijo.