EL ÚLTIMO CONCIERTO DE DAVID SALAS

AUTOR Roberto Malo

EDITORIAL Pregunta Ediciones

Roberto Malo ha escrito con El último concierto de David Salas una novela que puede aparentar una cosa, pero luego resulta que es mucho más de lo que parece. Parece, en primer lugar, la confesión desenfadada de un cantautor de segunda fila, cuya mayor preocupación es la de beneficiarse a sus seguidoras o cualquier mujer que se tercie. Pero también resulta ser un testamento, una biografía en la que el cachondeo va dejando poco a poco sitio a un tono más serio, en una confesión descarnada ante los lectores de ese último concierto.

Como la novela es a su vez un concierto, se intercalan las letras de numerosas canciones del autor, que unas veces resultan chocantes y otras descaradamente malas, pero otras también logran dar en el clavo. La autobiografía es la fuente más común de esas canciones, así que no resulta nada traída por los pelos su inclusión, aunque el conjunto dé a veces la impresión de ser como una ensalada.

El protagonista ordena sus ocurrencias en estricto orden alfabético, lo que resulta en una narración caótica y sin un hilo conductor claro; no es ello un defecto, sino que viene a demostrar que un orden tan indiscutible como es el del alfabeto no es sino un reflejo del desorden que puede ser una vida.

El estilo desenvuelto y directo de Malo casa muy bien con las andanzas de este perdedor de la música, que a juzgar por lo que cuenta no puede considerarse tan perdedor. Al estar escrita en capítulos breves y aparentemente inconexos puede leerse casi como una recopilación de relatos, poemas, letras de canciones, aforismos y pensamientos; casi como una silva de varia lección, aunque en este caso poca moraleja podrá sacarse, y sí bastante inmoralidad festiva. Es lo que la combinación de sexo, drogas, rock y literatura traen consigo.