Ignacio Martínez de Pisón descubrió a Filek en la biografía de Franco que escribió el historiador Paul Preston. Las pocas líneas que le dedicó Preston a este personaje fueron suficientes para llamar la atención del escritor zaragozano. Tras comenzar a buscar, enseguida encontró documentación suficiente y se decidió a escribir la historia de este estafador que consiguió engañar a Franco durante meses. El resultado es Filek, el nuevo libro de Martínez Pisón, que presentó en Zaragoza ayer por la tarde en la librería Portadores de sueños. «Los estafadores siempre me han interesado. De hecho en muchas de mis novelas el protagonista es un estafador o alguien que va dejando pufos», dijo Martínez de Pisón en relación con su interés por el personaje.

Albert von Filek era austriaco y llega a España en 1931 huyendo de la justicia de varios países que le requerían por diversas estafas que había cometido. Aquí continua con su ilegal empresa hasta que ingresa en prisión, lo cual le ayuda paradógicamente para comenzar a preparar su mayor obra. En una prisión republicana conoce al cuñado de Franco, Ramón Serrano Súñer y a otros muchos franquistas que, una vez acabada la guerra, le ayudaron a inmiscuirse entre las altas esferas de la decadente sociedad española de la posguerra. Tras librarse de acabar fusilado en Paracuellos, sale de la cárcel y se presenta ante el gobierno franquista como un químico de prestigio que traía un invento que salvaría a la maltrecha economía del país y que posibilitaría que Franco pusiera en marcha sus planes de convertir a España en una autarquía.

El plan de Filek era tratar de hacer creer al régimen que había inventado un nuevo combustible, más eficaz que el petróleo, fabricado con agua y una serie de plantas y compuestos que lograrían hacer a España autouficiente. Según los cálculos de la época, el invento de esta gasolina sintética iba ahorrar al Estado unas 150.000 millones de pesetas en divisas. Finalmente, las «dotes de persuasión» de Filek surtieron efecto. Franco decidió hacerle caso y expropió unos terrenos cerca de Madrid donde situarían las fábricas. También promulgó una nueva ley a propósito del nuevo plan estratégico de energía.

«Ahora nos parece una locura, pero en aquel tiempo la necesidad hizo de Franco un hombre muy crédulo y durante más de medio año Filek consiguió ocultar su estafa a pesar de que había análisis que alertaban de su nula eficacia», contó Martínez de Pisón. Al final, en julio de 1940 se destapó la treta del austriaco y fue enviado a prisión. Los medios de entonces dejaron de hablar del tema: España ya no iba a vivir su milagro económico.

Tras permanecer un tiempo en la cárcel en Barcelona, Filek logró salir no sin antes estafar a una familia cuyo hijo estaba en un campo de concentración y a los cuales sacaba dinero a cambio de librar a su hijo de la pena, «algo que era imposible», dijó el escritor. «Al principio de la historia empatizas con el personaje, porque a todo el mundo nos interesan tipos como él. Además, consiguió engañar a Franco, que era la persona más poderosa de España en una época marcada por la represión, y eso tiene su gracia. Pero conforme avanza la novela te das cuenta de que era un hombre sin escrúpulos que solo buscaba ganar dinero», añadió.

Martínez de Pisón ha usado la historia de este personaje «inverosímil» para relatar una etapa de nuestra historia muy «interesante y crucial». «No solo me interesaba la persona, sino la época y los sitios en los que le tocó vivir», concluyó.