La arqueóloga y restauradora del Instituto de Patrimonio Cultural, Concha Cirujano, intervino ayer en el marco de las XII Jornadas Técnicas de Conservación de Patrimonio, organizadas por la Escuela Superior de Diseño de Aragón (ESDA). La ponencia de Cirujano, con el título de Diseño de un plan de conservación preventiva para la Cueva de Altamira. Procedimientos de seguimiento y control, versó sobre el trabajo que realizó durante 24 meses en la cueva de Altamira junto a casi 70 profesionales más de la conservación. En este plan participaron instituciones diversas como el Ministerio de Educación y Cultura, las Universidades de Cantabria y País Vasco o el CSIC.

La arqueóloga explicó para los alumnos e interesados presentes en la ponencia, cómo ha sido la evolución de estas cuevas desde 1875 hasta la actualidad. "La cueva ha sufrido cambios antrópicos muy importantes", dijo Cirujano, en parte porque hasta 1977 las visitas fueron "masivas y sin control" ya que "no se tenía idea del impacto" que podían causar a esta cueva que, desde 1985, está incluida en la Lista del Patrimonio Mundial. Tras el cierre en 1977 se encargó un estudio a la Universidad de Cantabria que estableció un sistema de visitas "limitado y controlado" y que ha servido de pauta durante el estudio en el que participó Cirujano. Tras varios estudios, aperturas y cierres, en 2015 la cueva vuelve a recibir visitas controladas.

El estudio en el que trabajó Cirujano entre 2012 y 2014, tenía como objetivo determinar el impacto de la presencia humana en la conservación de las pinturas. Para ello se crearon seis equipos que estudiaron las condiciones climáticas de la cueva, la policromía, el valor social de la cueva y establecieron las condiciones de accesibilidad, entre otras cosas. Revisaron toda la documentación existente teniendo en cuenta que investigan "para conservar, no para innovar", por lo tanto el principal objetivo era "trabajar para conservar la cueva sin entorpecerla", explicó Cirujano. Se definieron zonas de control como referencia para la evaluación continua del estado de conservación. Parte del trabajo se centró en la conservación de soporte y policromía. "No todas las pinturas se conservan igual, nosotros no tomamos muestras, solo observamos y recogimos datos" y desarrollaron un sistema que permitía ver la evaluación de la policromía. "El proceso de pérdida de la policromía existe, y hay que poner un control de ello, independientemente de las visitas", explicó Cirujano.

La consejera de Educación, Cultura y Deporte, Mayte Pérez, inauguró ayer estas jornadas y destacó que las enseñanzas artísticas son uno de los ejes vertebradores del modelo educativo aragonés y recalcó la potencialidad de la actividad artística y cultural de Aragón.