Una exposición que el Círculo de Bellas Artes de Madrid dedica al dibujante Francisco Ibáñez, uno de los mejores creadores españoles de historietas, remueve cálidamente la memoria de toda una generación que no tuvo más entretenimiento que sus tebeos a través de un recorrido por su obra. Con más de un centenar de piezas únicas, entre revistas publicadas desde los 50 hasta la actualidad y una amplia recopilación de artículos de merchandising, la exposición --que puede verse hasta el 18 de enero-- muestra también 23 dibujos originales propiedad del actor (y dibujante y "fan" de Ibáñez) Carlos Areces, que los ha cedido para la ocasión.

Se trata de la muestra "más política" que podía permitirse "en estos días convulsos" el Círculo, explicó su director, Juan Barja, quien, tras reconocer que aún "se ríe" con las historietas de Ibáñez, afirma encontrar similitudes entre la forma de actuar de Pepe Gotera y Otilio con lo pasa hoy en España. "La chapuza nacional de la que no escapamos", dijo Barja, o "los sucedáneos que vemos a diario", como la sacarina del azúcar, la broma del dibujante con el nombre de su mítico botones, "bueno para nada".

Porque Ibáñez es, probablemente, "el historietista español más conocido" gracias a personajes como Mortadelo y Filemón, el botones Sacarino o Rompetechos, prototipos de una época paradójicamente modernos, apuntó Barja, quien se acordó de que este viernes el argentino Quino recibe el Príncipe de Asturias de la Comunicación, añorando un reconocimiento similar para el español.

"Es que Ibáñez es un patrimonio de la Humanidad", exageró el comisario Antonio Guiral, quien de inmediato afirmó que desde luego, "lo es para la cultura española".

Y lo explica: "Ibáñez ha sabido como nadie llegar al inconsciente colectivo humorístico de este país; él sabe cómo provocar la carcajada de la manera más directa y más sencilla posible", dijo Guiral. "Gamberro, surrealista y humor espartano", según Guiral, Ibáñez ha sido además fuente de inspiración para los jóvenes dibujantes, hoy más inclinados al manga.