El premio Cervantes Eduardo Mendoza inició ayer la tradicional lectura ininterrumpida del Quijote en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Tras la lectura, el escritor se situó entre el público y siguió atento a quienes le relevaron en la tarea, que se prolongará hasta el domingo. Para acompañar la lectura, se proyectaron fragmentos de películas. Y algunas de las escenas cobraron vida con bailarines.