Atardece en Alfamén y los vecinos salen a las calles. Son días de fiesta y se forman grupos que deambulan por las calles peregrinando de fachada en fachada. Llevan esperando toda la jornada para poder contemplar los avances que los artistas callejeros invitados a la localidad han efectuado sobre sus respectivos murales. Se acerca el 29 de julio, el día en el que se clausurará oficialmente el Asalto Alfamén, y muchos de los murales ya están casi acabados. «Estos murales se quedarán para siempre en Alfamén, pero lo que estamos viviendo ahora es efímero y único, la gente sale a las calles, se para a hablar con otros vecinos y con los artistas, es como estar de vacaciones, ojalá estuviese el pueblo así todo el año» dice Inma, una vecina de la localidad que ha acogido en su casa a dos de los artistas.

Delante de la plaza Aragón, en una pared lisa con apenas un par de ventanas, Colectivo Licuado está preparando un mural hiperrealista que presenta a Carmen, una vecina de la localidad acompañada de Marina, una niña de 10 años que posee un lejano parentesco con la anciana. Por otro lado en la calle Diputación, Reskate prepara un mural metafórico sobre la riqueza hídrica de la localidad. Una gran botella de cristal enterrada con un corte transversal que deja ver el contenido del frasco.

La argentina Graciela, conocida artísticamente como Animatoland se encuentra en el centro neurálgico del pueblo, donde está realizando un colorido mural donde una figura infantil habla con los animales que salen de un bosque, un mural que llama en especial la atención de los niños. Mientras tanto, Fernando, también conocido como Koctel, decidió realizar su trabajo en la entrada del barrio chino, antiguo barrio árabe que presenta un trazado irregular de calles estrechas. Koctel está dibujando un bodegón repleto de símbolos chinos, cuyo centro ocupa uno de los emblemas de Alfamén, una gran rodaja de sandía.

Mientras Boa Mistura remata un mural floral de acerollas (planta típica de la comarca) cerca del ayuntamiento, Isaac Mahow prepara un mural de sirenas y peces anaranjados sobre un fondo marino, y Nicolás Alfalfa da los últimos retoques un peculiar retrato enmarcado en un enorme triángulo en la travesía de Longares- Calatorao. Todos los artistas se afanan sobre sus sobras para tenerlas a punto antes de la clausura, que se producirá mañana sábado.

«Alfamén ha sido tradicionalmente un pueblo muy pobre, sin monumentos, cuando me llamaron desde al ayuntamiento no tuve ningún problema, mi hijo está estudiando bellas artes así que conozco el mundo» dice Armando, que cedió parte de la fachada de su local para un mural del festival. «Algunos vecinos se mostraron reticentes al principio, seguían creyendo que un grafitero es un tipo que hace cuatro rayas en la pared, solo ahora se están dando cuenta de lo bien que están quedando los murales».

Un museo participativo

«Queremos demostrar al mundo entero que este arte no solo cabe en las grandes ciudades, sino también en un pequeño municipio de 1.500 habitantes del Campo de Cariñena» dice Alejandro Gil, alcalde y organizador del festival, «El arte puede embellecer y cambiar nuestras calles y plazas e incluso dar la oportunidad a Alfamén de albergar un gran museo exterior participativo con rutas turísticas» asevera el edil.

Asalto en Alfamén concluirá mañana sábado en una jornada repleta de actividades, empezando por una chocolatada inicial, un taller participativo donde los visitantes podrán colaborar en la realización de un mural, una comida en la piscina, una visita guiada con los artistas por sus obras recién acabadas y para cerrar la jornada, un concierto de Rufus T. Firefly que tendrá lugar a las 21.00 horas.